Romano contó que se llevó a cabo una audiencia de ampliación de los fundamentos de imputación contra Sergio Vargas. “No se hizo una modificación de la calificación o del delito que se le endilga que es participe secundario en un delito triplemente calificado. Los fundamentos incorporados fueron una pericia telefónica realizada a un número de celular de mi cliente y surgió que el número había sido utilizado en diferentes aparatos celulares en el transcurso del 2015 al 2017. Nos parece absurdo pensar en eso porque no es una prueba redundante que lo vinculen con el homicidio”, indicó.

El defensor agregó que de la misma pericia al celular surgió que Vargas había llamado a un familiar directo desde la zona de Vaqueros pero no se determinó con claridad si estaba o no en el lugar del hecho porque no se ubicó la recepción de la llamada por parte de la antena del lugar. Además, se incorporó el testimonio de una vecina que dijo haber visto a un hombre que le ofreció unas sandalias y que le preguntó si conocía a alguna familia que tenga niños. Luego vio que Vargas se cruzó al frente y tocó las manos en la casa de Jimena Salas. Sin embargo, no lo vieron directamente con ella. 

Luego, Romano añadió que otra mujer testigo contó a la fiscalía que un masculino le preguntó por un perro extraviado pero lo desconocía. Al cabo de unos minutos, Vargas fue a preguntarle a ella sobre las sandalias como lo había hecho con la otra vecina. 

“Nos parece redundante lo que se agrega porque no se puede determinar que Vargas tenga interacción con Salas antes del hecho, incluso fue absurdo la ampliación, es una pérdida total de tiempo. Es una manera de atajarse por parte de la fiscalía a un futuro pedido de libertad. Estamos esperando la pericia psicológica para actuar ya que anteriormente hablaron de la falta de arraigo y de este informe psicológico, si demostramos esto, podemos dar nuevos fundamentos. La audiencia es una manera de ir atajándose a un pedido de libertad”, insistió el abogado.

Cabe recordar que Jimena Beatriz Salas fue asesinada el 27 de enero de 2017, en su casa de barrio San Nicolás, del municipio Vaqueros, en el área metropolitana de Salta. Por la causa, Sergio Vargas está detenido e imputado como participe secundario mientras que Nicolás Cajal, viudo de la víctima, está imputado por encubrimiento pero en libertad.