Y un día Gimnasia y Tiro perdió como local

Gris como la camiseta que utilizó o tal vez negro. Así fue el viernes para Gimnasia Y Tiro tras ser derrotado por Temperley de Buenos Aires en partido correspondiente a la decimosexta fecha de la zona B de la Primera Nacional. De esta manera quedó atrás su invicto de 33 partidos sin conocer la derrota en el Gigante del Norte.

Y más allá de ser un marcador exagerado, no se discute la victoria visitante, que fue construida en base a un inteligente planteo de aguantar en el fondo con sus dos marcadores centrales, presionar en el medio y desbordar por las bandas, sobre todo por la izquierda. En ese sentido fueron pilares fundamentales Scolari y Segovia en defensa, Ibañez y Richarte en el medio y Julian Mavilla en ataque. Este último fue un gran problema para los dirigidos por Rubén Forestello.

Precisamente el ex Sportivo Las Parejas fue el encargado de abrir el marcador a los 15 minutos. El número diez visitante recibió un pase de Luis López, se metió al área con autoridad y definió ante la salida de Abadía para poner el 1 a 0.

Sin dudas que el  gol fue un duro golpe para el equipo dirigido por  Forestello, no solo perdió la batalla del mediocampo, sino que en las contadas oportunidades que se acercó al área rival, no tuvo profundidad. No aparecieron Rojas ni Busse y eso es un enorme problema para Gimnasia.

 Cerca del final del primer tiempo, Temperley estuvo cerca de dar el golpe de gracia cuando Luis López avanzó  por izquierda, pero definió sin ángulo y el arquero Facundo Abadía le tapó el remate.

El complemento fue otra cosa, Temperley se paró decididamente para jugar de contra y el Albo también obligado por la necesidad mostró otra impronta. Si bien seguía sin mostrar claridad, siguió dependiendo del trabajo del "Pollo" Rojas y la movilidad de Fernández. Además de la pelota parada. Arma que no pudo utilizar bien. 

En uno de esos tantos ataques, primero Segovia en la linea y luego el arquero Rago evitaron lo que era un seguro empate. Sobre el tramo final Forestello, ya expulsado, y Perazzo apostaron a utilizar los últimos cambios. El primero reforzando el ataque y el segundo sumando gente en el fondo.

Se iba el partido, y la sensación de que no era posible empatar se adueñaba de los hinchas,sin embargo faltaba el segundo baldazo de agua fría. Centro desde la derecha y solitaria aparición de Martinez para poner la cabeza y liquidar el pleito.

Fue el final, que encontró al "Gasolero" festejando por haber entrado nuevamente en zona de clasificación y a Gimnasia buscando alguna explicación. La primera que se nos ocurrió es que no era su tarde y listo.