Aquella Semana Santa sublevada de 1987
Fue hace 36 años cuando en una nerviosa, expectante y larga sobremesa familiar, escuché y miré la visceralidad de Raúl Ricardo Alfonsín ante las cámaras de todos los canales con una frase tan célebre como tranquilizadora: “Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones a los mandos del Ejército para que no se procediera a la represión y podemos dar gracias todos a Dios. La casa está en orden y no hay sangre en la Argentina. Le pido al pueblo que ha ingresado a la plaza de Mayo, que vuelva a sus casas a besar a sus hijos y a celebrar las Pascuas en paz en la Argentina.”
OPINIÓN
08 de abril de 2023
Carlos Torino, de Córdoba