Una de las gemas de la necesidad y urgencia de Milei para decir que es un narco capitalista en serio fue incluir lo que a los propios clubes les cuesta un Perú debatir: las sociedades anónimas. De buenas a primeras, Milei y su séquito incluyeron la conformación de las sociedades anónimas deportivas ( SAD). Por ello, el histórico periodista deportivo levantó sus sospechas de que el apartado apetece la sed de una sola persona: Mauricio Macri.

“La única frustración expuesta que arrastra Macri es no haber impuesto su idea posadolescente de comprar clubes de futbol” señaló Cherquis. Adujo que es conocido en el ambiente empresarial que papá Franco, antes que empleara al Pibe en sus empresas, le sugirió que sus primeros pasos lo hiciera como un Ceo deportivo y para ello era necesario adquirir instituciones deportivas. “Lo intentó en Mar del Plata y fracasó. Lo intentó en el Deportivo Español y fracasó. Lo quiso hacer en Boca fracasó. Lo intentó como presidente de la Nación, interviniendo la AFA también fracasó” recordó el comunicador. “Ahora que maneja ideológicamente una parte de las medidas del gobierno le metió la idea de las SAD al presidente. Para esto no hay necesidad ni urgencia. Son unidades de negocio que permite un uso doloso porque pesa la influencia de los que tienen dinero para lavar plata. Los que tienen armas, drogas o no quieren poseer la plata en sus países de origen lavan dinero” subrayó.

Cherquis Bialo afirmó que “el futbol se convierte en una herramienta extraordinario para ello” y entonces “con las SAD aparecen los Saudí, los caries, los emiratos. Tienen dinero y compran equipos de fútbol de Europa pero también de Sudamérica, donde están las fuentes de talento mundial”.

El periodista recordó el proceso de desmantelamiento del Deportivo Español. “Este club tuvo un proceso trágico.  Uno de los dirigentes que se opuso murió quemado y el presidente Ríos Seoane terminó preso. La historia de Macri es la vendimia del tramposo. Porque consigue un grupo inversor y cobra una comisión. Luego cobra comisión por lo que se invierte, luego por la rentabilidad de esa inversión, luego tiene o delega el poder para vender jugadores por el  y al final tiene la plata pagarlo porque pone al intermediario que lo compra. Es decir, que hace negocios que no lo pueden agarrar ni la AFIP ni lo contencioso administrativo”.

Al final, Cherquis se preguntó si incluir las sociedades anónimas en el decreto era necesaria y urgente. Más aún, ¿alguien puede meter un tema de fútbol -que encima es cultural- cuando un país está en la calle?