Agentes Sanitarios: Héroes, mucho antes que la pandemia

“Hablar de un Agente Sanitario es llenar el alma y el corazón de un inmenso sentimiento; es descubrir cómo la salud de la comunidad puede estar protegida en medio de la nieve, el calor, el viento o la lluvia”.

“Decir que un agente sanitario es el pilar de la Salud Pública, no es descubrir nada nuevo, porque su tarea recibió los mayores elogios de los países que los tomaron como ejemplo. Pensar en los agentes sanitarios, es remitirse a un pasado no muy lejano en los cuales no conocían la palabra reivindicación y quienes los representamos, sentíamos la frustración de no poder ser escuchados en su defensa”.

“Aunque sea difícil de creer, un Agente Sanitario pasó gran parte de su vida descubriendo a los enfermos en sus casas y previniendo enfermedades con la colocación de una vacuna”. 

“En un tiempo pasado un agente sanitario, como ahora, realizó procesos de parto, trajo vidas a este mundo y despidió a otras tantas en las peores situaciones geográficas y con fuertes inclemencias del tiempo. Llevando sólo en sus espaldas una vieja mochila en la cual también llevaba sus penas”.

“En un tiempo no muy lejano, este servidor público, este ángel de la guarda, fue considerado en la estructura de Salud Pública como un simple peón de patio y así fue tristemente remunerado. Pero con la llegada de la Carrera Sanitaria, la cual tuve el honor de presentar y defender como diputado provincial, se abrió un nuevo mundo para ellos”.

“Hoy ellos siguen siendo los Agentes Sanitarios de siempre, pero pudieron capacitarse y aún aguardan la recategorización que se encuentra olvidada para la firma, en el viejo escritorio de algún ministerio. Esto les permitirá cumplir el sueño de ser reconocidos como Técnicos en Atención Primaria de la Salud y será un verdadero acto de justicia”. 

La llegada del COVID complicó sus tareas, pero se las ingeniaron para nunca bajar los brazos y continuar siendo lo que eran. Gracias por llevar adelante esta labor, por el esfuerzo, por la dedicación y por estar al lado del ser doliente cuando más lo necesitan.