Los estrategas de Juntos Por el Cambio no dejan pasar ninguna oportunidad con tal de salir a buscar descontentos para sumarlos en una nueva campaña para retornar al poder político. Pero la idea de instalar bolsas negras con nombres de reconocidos dirigentes oficialistas, no fue la mejor idea.

La idea de jugar con la muerte justamente cuando el país no sale del peor castigo de la pandemia, no ha sido aplaudida por la gran mayoría de los argentinos, y ha demostrado una vez más la desesperación de la “nueva derecha argentina” para recuperar el espacio a como dé lugar.

La torpeza de semejante simbolización dejó al desnudo que, así como Lilita Carrió habló de "chip ruso" en las vacunas Sputnik V, solamente para hacer campaña sin importarle la salud de la población, o llamar a apostar por el cloruro de sodio, han sido manotazos que carecen de ideas y de proyectos a futuro, que es lo que la ciudadanía está esperando desde hace rato.

Pero, claro, al macrismo se le hizo difícil salir a pedir vacunación libre y gratuita para todos y todas, porque días anteriores, había apostado a la loca idea de que a través de la inoculación venía la conquista rusa, o el contagio del comunismo; y hasta se puso en duda la efectividad de los trabajos científicos rusos, como si poner una vacuna a disposición del mundo fuera un juego de niños. Es decir, ha priirizado el interés político propio antes quenel interés general. Y eso que para denostar al gobierno de Alberto Fernández, hay innumerables temas y motivos. Pero los ingeniosos han buscado simbolizar la muerte, justamente la causa del gran dolor que la pandemia está generando en cientis de familias argentinas.

Obviamente, tras semejante actuación, el oficialismo salió a cuestionar el mal gusto de la protesta. Fue tan mala idea que dejó atrás el escándalo de las vacunas vip, porque la opinión pública se dedicó a cuestionar las bolsas mortuorias y casi nadie le prestó atención al motivo de dicha manifestación.

Cualquier ciudadano que compare la protesta de ayer  con, por ejemplo, el acuerdo paritario (algo que Macri negó en su gestión) inmediatamente deja de prestarle atención a los manifestantes porque, sin to ni son, no concita expectativa de bienestar, como si lo genera el hecho de un acuerdo salarial como el logrado con los docentes, que terminaron aplaudiendo al presidente.

Las manifestaciones en rechazo a las vacunaciones contra el coronavirus fuera de protocolo, se realizó en varias ciudades del país pero fue en Plaza de Mayo donde colgaron bolsas simulando contener cadáveres responsabilizando a dirigentes del oficialismo.

"La forma de manifestarse en democracia no puede ser exhibir frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos", advirtió el jefe de Estado en su cuenta de la red social Twitter sobre las bolsas ubicadas frente a las rejas que rodean la Casa de Gobierno, y manifestó que "esta acción lamentable solo demuestra cómo muchos opositores conciben la República".

El presidente pidió: "No callemos ante semejante acto de barbarie"; mientras que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, escribió en la misma red social que "es peligroso para nuestra democracia que sectores de la oposición insistan en profundizar los discursos de odio", y preguntó: "¿Es odio lo único que tienen para ofrecerle a la sociedad?"

También el Twitter el ministro de Defensa, Agustín Rossi, sumó su repudio ante "la violencia de la derecha presente" y calificó el hecho de "inadmisible" y como una "negación explícita de la democracia".

La convocatoria a la marcha fue realizada por dirigentes de Juntos por el Cambio, que en declaraciones a medios de comunicación y redes sociales respaldaron la protesta.

Entre ellos, convocaron la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, mientras el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, si bien no fue uno de los convocantes a la marcha, terminó sumándose luego a la movilización realizada en Mendoza.

La marcha también fue difundida en redes sociales con el hashtag #27F y #27FYoVoy, mientras que otros sectores, como Republicanos Unidos, integrado por Ricardo López Murphy, Yamil Santoro y Darío Lopérfido, se sumaron a la convocatoria.

La organización Jóvenes Republicanos, que en su cuenta de Twitter se presenta como "la juventud de Unión Republicana", se adjudicó en esa red social la instalación de las bolsas simulando ser mortuorias frente a las rejas que rodean a la Casa de Gobierno, y afirmaron que se trató de "un pequeño recordatorio de todas las vidas que se perdieron" por la vacunación que cuestionaron.

Los manifestantes se concentraron a las 17 en la Plaza de Mayo con banderas argentinas y carteles con consignas como "No al comunismo" y "Basta de mantener vagos".

Desde allí, un hombre expresó en declaraciones a la prensa que "el que haya cometido alguna avivada con la vacuna, tiene que irse" y afirmó que "lo que han hecho con la vacuna muestra que ellos son así, es la esencia de ellos".

Salvo que se conozcan más casos de vacunados VIP, el tema quedó agotado con la salida de Ginés González García. Por lo que con esta marcha, Patricia Bullrich se convirtió en abanderada de un fanatismo que los argentinos en su mayoría no quieren para la conducción del país, salvo que este sector esté buscando interpretar al pequeño sector de la extrema derecha. (O.B.)