Humo negro en el Vaticano: el cónclave sigue sin acuerdo para elegir al nuevo Papa

La primera votación del jueves no arrojó consenso entre los 133 cardenales electores. El proceso para definir al sucesor de Francisco se extiende, mientras crecen las especulaciones sobre el perfil que busca la Iglesia en un contexto global de crisis y desafíos internos.

INTERNACIONALES08 de mayo de 2025 El Expreso de Salta
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El Vaticano amaneció este jueves bajo la mirada atenta de fieles y medios internacionales, tras una nueva fumata negra que postergó la elección del 267º Papa. Los 133 cardenales electores, reunidos desde el miércoles en la Capilla Sixtina, no lograron alcanzar el consenso necesario en la primera votación del día, lo que prolongó la espera y alimentó las especulaciones sobre el rumbo de la Iglesia Católica.

Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la jornada comenzó temprano con la celebración de la Santa Misa y las Laudes en la Capilla Paulina. Luego, los cardenales se trasladaron a la Capilla Sixtina para la recitación de la Ora Media y la primera votación, que nuevamente resultó en humo negro. Se prevé que durante la mañana se realice otra votación y, tras el almuerzo en la residencia de Santa Marta, se lleven a cabo dos rondas más.

Un proceso marcado por la tensión y el debate interno
La falta de acuerdo en las primeras votaciones no sorprendió a los observadores vaticanos. “Es habitual que el cónclave se extienda más allá de la primera jornada, sobre todo cuando hay tensiones internas y diferentes visiones sobre el futuro de la Iglesia”, explicó el analista Massimo Faggioli en diálogo con La Repubblica. El reglamento exige una mayoría de dos tercios para consagrar al nuevo Pontífice, lo que obliga a negociaciones intensas y, muchas veces, a la búsqueda de un candidato de consenso.

El contexto actual suma complejidad al proceso. La muerte de Francisco dejó a la Iglesia ante desafíos mayúsculos: la necesidad de responder a los debates sobre el rol de la mujer, la diversidad y la pobreza. Sectores conservadores y reformistas se disputan la orientación del próximo papado, mientras un sector ejerce presión para que el nuevo líder mantenga el camino marcado por Jorge Bergoglio, el otro desea impulsar cambios profundos.

Expectativa global y repercusiones políticas
El cónclave no solo es seguido con atención por los católicos. Líderes políticos y sociales de todo el mundo observan el proceso, conscientes del peso geopolítico del Vaticano. En la Plaza de San Pedro, unas 45.000 personas se congregaron el miércoles para presenciar la tradicional señal de la chimenea, según datos de la agencia ANSA. La incertidumbre se tradujo en un clima de expectativa y ansiedad, reflejado en las portadas de los principales diarios internacionales.

Mientras tanto, los cardenales mantienen un estricto hermetismo, en cumplimiento del juramento de secreto que rige el cónclave. “El silencio es fundamental para garantizar la libertad de conciencia y evitar presiones externas”, recordó el portavoz Matteo Bruni. Sin embargo, según trascendidos recogidos por El País, algunos nombres comenzaron a circular como posibles favoritos, aunque hasta el momento no se confirmó ninguna tendencia dominante.

El cronograma prevé hasta cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Si ninguna arroja resultado, el proceso puede extenderse varios días, como ocurrió en 2005 y 2013. La elección del nuevo Papa marcará el rumbo de la Iglesia en un momento de redefiniciones y disputas internas, con impacto en millones de fieles y en la agenda internacional.

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