¿Hay muerte más injusta que morir comiendo? ¿Más insólita e inoportuna? En muchos casos los atoramientos con comida no ocurren con mi ha frecuencia, y cuando ocurren, quedan como un susto pasajero o un mal recuerdo, que terminan en burlas y risas. No fue lo que pasó en la mañana del martes con la joven Milagro Morales, quien se atragantó comiendo una tortilla mientras desayunaba. Si bien las circunstancias no se conocen en detalle, se supo que los familiares que estaban con ella, trataron de salvarla, pero ante los resultados negativos, pidieron auxilio al hospital qué envió la ambulancia, a decir de los familiares, con demora, qué cuando arribó al lugar, la joven ya estaba sin vida.

Este doloroso y rarisimo caso ocurrió en el domicilio de la familia Morales, en el barrio Esperanza II, ubicado en el extremo oeste de la ciudad.

Según los registros en el hospital, la ambulancia salió del hospital a las 10.50 de la mañana del martes, y de inmediato trasladó el cuerpo de la joven al nosocomio. En donde quedo a disposición de la justicia qué convocó a los especialistas del CIF para que investiguen si verdaderamente fue asfixia por atragantamiento. Mientras tanto, las amigas de Milagro Morales expresaron su pesar por la repentina muerte.

Quizás mañana jueves, el Ministerio Público Fiscal informe oficialmente la causa de muerte. Este insólito caso que ya convoca interrogantes de toda índole , será parte de conversación con médicos especialista para ver cómo y porqué ocurren y porqué no dejan  alternativas de salvación, y cómo se debe actuar para poner a salvo a quien lo sufre.