Uno a uno se fueron juntando en la mitad de la cancha. Uno a uno fueron formando la ronda.Cuando estuvieron todos, estalló el festejo. Y la verdad que se lo merecían. Y tras algunos minutos emprendieron el camino a los vestuarios. No era para menos tanta alegria. No solo habían derrotado al buen equipo de Crucero, sino también dejaban atras una racha negativa de cinco partidos sin ganar. cuatro derrotas y un empate que lo habían colocado cerca del fondo de la tabla.

Y lo ganó jugando bien. Sobre todo durante la primera parte. Donde expuso gran parte de la idea que quiere Martel. En ese primer tiempo tuvo un gran trabajo de kitad de cancha hacia adelante. Sobre todo fue muy auspicioso lo de Julio César Cáceres. El delantero que parece ser la solución que tanto necesita Juventud. De su cabeza salieron las mejores ideas y también la partura del marcador apenas se jugaban siete minutos de partido.

Hubo tambié gran participación de Matías Pato y no desentonaron Enzo Vargas, Mbombaj, Sproat y Julian Acosta.

Cuando Crucero tuvo alguna chance respondió bien el arquero Nicolás Sequeira.

Antes de la llegada del segundo gol, Vargas tuvo su primera chance. Tras una immpresionante corrida, en la que dejó parado al marcador central Fazzio, remató desviado cuando el golero rival achicaba.

Sin embargo en una nueva pelota quieta ejecutada por Sproat, Cáceres cabeceó, Bachke no supo retener y le dejó la pelota servida al Demonio Vargas, que debe haber convertido el gol más fácil de su vida. Con el 2 a 0 se fueron al descanso.

En la parte complementaria el Santo no fue el mismo de la primera parte. Eso motivó el adelantamiento del Colectivero.que comenzó a merodear el área de Sequeira. Cada avance preocupaba. Sobre todo cuando se vino a la cancha Campozano, que precisamente se encargó de marcar el descuento cuando al partido le quedaban casi diez mminutos.

El último tramo del partido fue para sufrir los avances del rival. Los cambios no aportaron como para frenar al equipo misionero y entonces el Santo sacó a relucir sus deseos de alejar la mala racha. Defendió con uñas y dientes y cuando caía la tarde, se encontró festejando por fin una victoria. Esperada y merecida.