Es cierto que esto recien empieza, y que todavia nadie ganó nada, pero quien le puede quitar  la felicidad a ese grupo de jugadores antonianos que se pasean de un lado al otro, festejando la victoria ante el amarrete Juventud de Gualeguaychú.

Pasa que muchos imaginaron un comienzo peor para este  recién ascendido Juventud. Muchos incluso lo imaginaban sin puntos, perdido entre los que todavía no sumaron nada. Pero este nuevo Juventud, no está dispuesto a entregar nada. Y por eso, el Chato Velazco, cierra el puño y canta con sus compañeros, o va el arquero Sequeira y se funde en un abrazo con su suplente Gómez.

Es que fue una victoria muy sufrida, no por ello inmerecida. Todo lo contrario, ya que fue Juventud Antoniana el único que pensó en ganar.

Todo lo contrario fue el equipo del Cepillo Norberto Acosta, que aprovechó desde el mismo inicio del partido  cada acción para demorar. Pocas veces se vió en Salta un visitante con tanto apego a que pasen los minutos lo más rápido posible, tirandose al piso. O será que el piso del estadio Martearena invita a estar la mayor cantidad de veces acostados en él. Sino que lo diga el arquero Emilio Rebora.

Con esa postura se jugaron los primeros 45. Con el Santo intentando atacar y con Juventud Unida totalmente replegado. Y pese a ir e ir , el equipo antoniano tiene un enorme déficit. No juega con un nueve de área. Aquel que tenga el oficio para estar en las situaciones claras y marcar, Ya sea con el pie o con la cabeza. Más allá del corazón de Leo Villa, dejando el alma en cada pelota dividida, se necesita el nueve en el área, o el grandote que pelee contra las torres rivales que abundan en este torneo. Por eso a Juventud, el de Salta, le cuesta marcar goles y mucho. Tampoco tuvo un Facundo Velazco pleno y no ayudó el trabajo de Hechalar. Solo los avances de los laterales, Jorge Velazco y Jesús Calderón,  hacían preocupar a la defensa visitante.

Lo de Jorge Velazco, no es nuevo. No solo juega con el corazón, sino también con inteligencia para trepar cuando realmente es necesario haciendo lo correcto. Si se debe tirar el centro, lo tira y si le queda la chance de rematar busca el gol. Ante los entrerrianos tuvo tres disparos perfectamente rematados, pero que fueron atajados por Rebora. Tanto le rinde el Chato a Juventud que hoy por hoy es el jugador preferido.

En la parte complementaria, mermó el rendimiento Santo, aunque siguió siendo el único con intencionesde ganar. Lo de Juventud Unida fue lamentable. Desde el arquero hasta su jugador más adelantado se tiraban permanentemente, ante la mirada pasiva del árbitro tucumano Mauricio Martín.

Vinieron los cambios y estos no funcionaron  en la medida que esperaba Martos, Juventud Unida se aferraba al punto, pero como lo de los antonianos era atacar y dejar espacios, se encontraron con dos chances que afortunadamente no pudieron transformar en gol.

El partido se iba,  y el punto era un trago amargo para los casi siete mil hinchas, pero Esparza guapeó en el área y le cometieron penal. Algunos hablan de dudoso penal, pero la arremetida del defensor existió. Como existió la gran definición de Jorge Velazco para que el Santo logre su primera victoria en el torneo y que le permite tener ya sus primeros cuatro puntos. Así ganó Juventud, sufriendo, pero mereciendolo y ahora ira por más el próximo domingo ante Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay.