Para comprender las constelaciones, es necesario que analicen todo lo que cuenta la escritora Gabriela Arias Uriburu, acerca de cómo llego a constelar para encontrar la solución al problema. “Cuando yo entré a constelar mi historia familiar apareció cuando Imad, el padre de nuestros hijos, se lleva a los chicos, se toma un avión, mi prima Florencia Gómez Rincón, me cuenta la historia de nuestra abuela paterna, que le habían sacado a los hijos, entonces ella me dice, estás repitiendo la historia de nuestra abuela, y uno no las cree hasta que se presenta. Mi abuela decide divorciarse de él, estamos hablando de 1940, y en ese momento se inicia el divorcio en la justicia y esta, le saca a los chicos, mi abuelo en ese momento era juez de Paz. Cuando Florencia vino a contarme la historia de nuestra abuela paterna, en ese momento, lo que visualicé, fue a mi papá, y vi que mi padre había tenido la historia de mis hijos, entonces lo que yo sentía en ese momento, era que tenía que reivindicar el lugar de la madre en la familia, eso es algo que sentí profundamente, en ese momento yo no había tomado el lugar de las constelaciones”, explicó.    

Pero el relato no termino allí, y la escritora agregó: “En el 2005, Eh, mi hermana Marcela, me dice; mira, todo bien lo que estás haciendo, es fantástico, pero me acaba de llamar mi hija, o sea, mi sobrina Francisca, que vive en Estados Unidos, se está separando de su marido argentino y él dijo de querer quedarse con la hija, le que le está pasando a la generación siguiente. Me dijo; hay que ir a constelar, pero mira qué interesante, a mí me ocurrió en el año 1997, se vuelve a repetir en el año 2006, Bert Hellinger, el creador de las Constelaciones Familiares, sale con todo el método en el año 1997, y yo recién puedo tomar las constelaciones en el 2006. Entonces mi hermana me dice; yo me voy a tomar un avión, voy a ir a mediar, Marcela en ese momento ya tenía todo el conocimiento legal, porque ya éramos expertos en el tema, entonces se fue con toda la ley, con toda la sabiduría de los vínculos, así que fue, estuvo tres meses ahí, me vio ante los dos, así que no pasó, esa generación mostró la alarma y ahí empezó como el estado de resolución”, detalló.

Por último, para finalizar su historia, contó: “Para mí, la constelación, fue un viaje de ida, ya después con el tiempo yo decía, pero todos los padres tienen que constelarse y lo que empieza a pasar es cuando en el campo, nos ponen a mí y a Imad, lo que la consteladora ve, es que el primer desorden que hubo en el sistema familiar, fue una mujer que abandona a su hijo y que en esa constelación por primera vez ese hijo se encontraba con su mamá y su papá, o sea, la herida primera de abandono, hizo que todos los hombres de mi sistema familiar, hicieran de protección al niño. Esto no es justificar, si no es comprender una verdad que está subyacente, que está como invisible, pero muy visible a la dinámica familiar, vincular, entonces, ese hijo se encontró con su mamá y su papá en la constelación, entró una fuerza de sanación, de reconciliación, que hizo que todas las líneas entraran en esa resolución, y los que están vivos, que están llevando a cabo el conflicto, dejan de estar en conflicto”, concluyó diciendo la escritora Gabriela Arias Uriburu.