El planteo cerrado de Estudiantes de Buenos Aires, que transitaba un presente irregular (cuatro derrotas en los cinco encuentros anteriores) después de un año brillante, generó que River carezca de desequilibrio en la etapa inicial. Diego Martínez optó por dos líneas de cuatro que tuvieron como propósito impedir el armado de jugadas ofensivas por parte del conjunto de Núñez. La propuesta fue exitosa hasta el cierre de la etapa inicial, cuando Nicolás De La Cruz exigió una gran respuesta de Facundo Altamirano y, en el tiro de esquina posterior, Pinola abrió el marcador con un desvío.

El segundo período tuvo la misma tónica, con River tibio a la hora de atacar y el Pincha de Caseros sin salir de su campo a pesar de la desventaja. Recién a los 32 minutos Milton Casco tuvo una doble chance. Primero, Altamirano le ganó el mano a mano y, luego, en el rebote, el lateral estrelló su definición en el poste izquierdo.

A los 43, el arquero de Estudiantes le ahogó el grito a Rafael Santos Borré con otra salida rápida.

Ya en el último instante del descuento de cinco minutos, Altamirano había ido a buscar el empate en un tiro de esquina y en la contra Palacios definió ante el arco vacío. Fue lo último de un partido que el vigente campeón de América se llevó con lo justo, sin brillar ni sufrir, ante un rival que perdió sus últimos cuatro partidos en la Primera Nacional.