La denunciante dijo que a los 18 años de edad vio por las noticias una entrevista que hacían sobre otro caso similar de abuso y decidió romper el silencio de lo que a ella también  le habia sucedido con la ex monja Valeria Zarza. "Trataba de hacer borron y cuenta nueva, pense que tal vez no era la única y recorde el tema de las galletas que solo les daba a las nenas con las que tenía confianza", indicó.

Luego, la víctima sostuvo que la religiosa le pedia permiso a su madre para que se quedara en su casa ya que el padrastro le gritaba y la trataba mal. "Para mi era normal que a veces me besara en la boca, nunca note nada malo porque siempre lo hacía. Incluso cuando iba al jardin yo les daba besos en la boca a mis compañeritos y la maestra me retaba porque estaba mal. Yo lo vi normal, no era malo para mí", aseveró.

La mujer también contó que Zarza la abrazaba por detrás y la tocaba. "Ella siempre fue robusta y yo flaquita, a veces me abrazaba. Su brazo era largo, ponia las manos adelante de mi cuerpo, con una me cubria los pechos y con la otra la parte de la vagina. No lo veia mal, no me asustaba porque siempre esta el cariño. En su momento necesitaba los abrazos porque en mi casa me gritaban y cuando estaba con ella, me sentía tranquila", agregó.

Finalmente, la víctima expresó que siempre fue una persona que cuido de sus hermanos y nunca penso en ella. "No queria contarlo porque siempre juzgan. Es la realidad de la mayoría de las personas que sufren abusos. La denuncia fue para sacarme un peso de encima, me da verguenza decie todo lo que sucedió", concluyó.