Los medios amigos insinuaban un misal como los que siguen a Cristina, pero, apenas "Jamoncito" estuvo en el escenario, todos ingresaron. Apenas concluyó el encuentro, en las filas internas de La Libertad Avanza (LLA) se sacaban chipas porque Sebastián Pareja, el ayudante todoterreno de Karina Milei, no pudo asegurar más de siete mil personas. Finalmente, llenaron el Luna con entradas gratis.

Milei entona a La Renga y las gradas se ponen efervescentes. A todo esto, hay que destacar la popularidad del presidente. Cristina debe sentirse agradecida porque tiene un par carismático, le guste a quien le guste. 

En la primera fila, además de la hermana presidencial, estaban los culpables de la criatura: sus padres. Al lado lucían, sonrientes, la Comandante Pato, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem y la vicepresidenta, Victoria Villaruel. Toda una postal del poder libertario.

Brilló por su ausencia el Jefe de Gabinete, Nicolás Posee. Son los que tuvieron el aguante hasta el final del mitin, porque muchos de los espectadores se retiraron cuando Milei era entrevistado por José Luis Espert y el vocero, Manuel Adorni, metía su cuchara.

En lo “técnico” si se puede llamar así a la reunión, Milei repitió su mantra contra el Estado y su adoración a los libros marginales de economía que lee. Rara vez lo menciona a Adam Smith y esta noche lo hizo pero en su discurso pseudoacadémico siguen fallando sus referencias. No es preciso, menciona una generalidad. Con los silencios busca la aprobación, justamente lo que desea su libido. Muchos slogans. Parece arrancar con el desarrollo de una idea pero habla para la tribuna y termina con una frase hecha. 

El socialismo y el comunismo, le da igual, son sus enemigos. Habla de que en con la creación del Muro, no con su caída, fue la derrota del socialismo, entonces ¿para qué insiste con un enemigo derrotado e inexistente? Milei festeja su fanatismo revestido de libertad. El climax de la contradicción en su alocución llega cuando señala que a la caída del PBI se lo derrota con más libertad. Milei confunde porque es un ser confundido en lo político, en el pensamiento. Se refiere al Foro de San Pablo y al de Puebla. En uno, fue un encuentro que se realizó hace veinte años y juntó a toda la progresía mundial y la izquierda internacional. Perdió fuerza a medida que los gobiernos dejaron de ser progres. Respecto a lo de Puebla, fue una movida del presidente López Obrador, donde el entonces presidente argentino, Alberto Fernández tuvo una destacada participación. Ni aún juntos pudieron con la emergencia de un Bukele, entonces ¿de qué grupos de izquierda, socialistas y comunistas sudakas habla Milei?

Pero nada de esto importa en su planeta. A Milei le interesa que hablen de él. Bien o mal, es lo mismo. El Luna Park infla el alma libertaria. Eso sí quedó claro: desde el marketing político, el equipo comunicacional transforma todo lo que viene mal. Tuvo razón el líder libertario en agradecerles a los organizadores de la Feria del Libro que le haya impedido realizar la juntada en el lugar del encuentro cultural.

Milei con el Luna Park instaló agenda y para eso fue porque en tiempos de vacas flacas en lo político, necesita un baño de multitud para mantener la tensión. La medicina ya fue harto probada por el kirchnerismo, fundamentalmente por Alberto Fernández; esto es que ningún gobierno puede mantenerse en el poder si el bienestar general no le llega a la ciudadanía. La puesta en escena del león libertario no puede negar la realidad, esa en la que sufren los “otros” sus conciudadanos.