Si hay crisis, que no se note, y vaya que fue así, es que la llegada de Pimpinela, revolucionó al público salteño que colmo el estadio Delmi, que se dio cita desde muy temprano, en las afueras del polideportivo. Se vio gente de todas las edades, pero que sin dudas, el alto porcentaje estuvo en el público femenino, pero que en definitiva, todos vibraron con un show espectacular que brindaron Lucía y Joaquín Galán, pasando por sus grandes éxitos; A esa, Por ese hombre, El amor no se puede olvidar, Olvídame y pega la vuelta, Dímelo delante de ella, y tantos otras canciones, sumando su nuevo repertorio y haciendo partícipe al público de sus canciones, ya que hicieron subir a un hombre que llegaba desde la provincia de Tucumán, para disfrutar del espectáculo y también a una salteña, para que ambos comparten junto a ellos, una de sus tantos temas musicales.

Fue una noche a pura emoción, ya que, en la puesta de escena, el dúo cantó canciones dedicadas, en memoria sus padres, montadas en pantallas gigantes, con fotos y videos e interpretadas con un profundo sentimiento que se transmitió en todo el estadio y que en silencio, escuchaban esas canciones hasta las lágrimas en cada una de las personas presentes. Fue un momento inolvidable que quedaran grabadas en las retinas de sus ojos, porque Pimpinela generó todo tipo de estado, desde el llanto, las risas, los gritos, coreando las canciones, haciéndolos participes en las letras de los clásicos temas. 

Para sus seguidores y la nueva generación, los jóvenes que también acompañaron a sus padres, disfrutaron de dos horas de un espectáculo de primer nivel y que valió la pena pagar por un show que más allá de los costó de las mismas, la felicidad de cada fue impagable.