“Hay tres momentos que, estoy persuadido, determinaron el hoy de Milagro. Estos momentos son: en su origen, los temblores; en su madurez, el pacto de fidelidad; en el hoy, los peregrinos”, aseguró Mario Antonio Cargnello, arzobispo de la Iglesia Católica, en el marco de la homilía de la misa por la renovación del Pacto de Fidelidad del pueblo salteño con el Señor y la Virgen de Salta.

A lo largo de sus palabras, la autoridad religiosa reforzó la importancia de la fraternidad, el compromiso y el amor. “Seguir el Evangelio en la historia de nuestros pueblos, en el hoy de nuestra Salta y de nuestra patria se traduce en cultivar los vínculos ciudadanos que contribuyan a la justicia y a la fraternidad”, aseveró.

Cargnello pidió “emprender la tarea de salir de nosotros mismos” ya que “sólo intentando ayudar al hermano a ser feliz seremos felices”, señaló.

“El amor nos pone en tensión hacia la comunión con todos los hombres, reclama una creciente apertura y nos impulsa a vencer toda discriminación. Nos impulsa a tender puentes, a curar heridas, a cultivar la fraternidad y buscar siempre la paz”, reflexionó Cargnello, frente a miles de fieles que peregrinaron y se llegaron al Monumento 20 de Febrero.

En esta línea, el arzobispo resaltó que debe haber “un compromiso serio y sostenido por la vida, la salud, la educación, la seguridad del otro” y afirmó: “Cultivemos el bien, promovamos la solidaridad, ayudemos a los que nos necesitan”.

“La fuerza de los peregrinos que llegan al Milagro impulsados por su fe y venciendo con fortaleza todo tipo de inclemencias crea en el ambiente social de nuestra Salta un clima de fraternidad que deseamos sea transformador de los vínculos sociales”, sentenció la autoridad de la Iglesia Católica.

En este sentido, observó que “el frío intenso, el viento inclemente, el cansancio, no son obstáculos”, para los peregrinos. “Todo se vence cuando es el amor el que mueve”, celebró Cargnello.