Cáseres presentó su libro sobre el Tren y la Bicicleta en Salta

El pasado domingo, la estación de trenes en calle Ameghino y Balcarce, se vivió la presentación del segundo tomo del libro titulado “Aportes para la historia del transporte en Salta”, y que es autoría del profesor Miguel Ángel Cáceres, donde la entrada fue libre y gratuita para todo el público salteño, en la cual, habla de la bicicleta y el tren, y a su vez, se homenajeo a los bicicleteros más reconocidos de la ciudad. Antes de darlo a conocer en sociedad, su autor pasó por De Buena Fuente y compartió algunas anécdotas y la historia relacionadas a la temática.

El historiador e investigador, contó cómo nace la historia real de la bicicleta y por ende, también del tren en Salta. “Mandiga era un joyero relojero en Salta, un italiano de apellido Ravizza. Tuvo dos locales, uno lo tenía en el edificio que primeramente, fue utilizado como iglesia de los curas Jesuitas y que fue durante casi 70 años, la iglesia Catedral de Salta, estaba ubicado en lo que hoy seria Mitre y Caseros, donde queda el café y todo lo que ocupa el Centro Cultural América, todo eso era el local, pero después traslado su joyería y relojería a un lugar muy emblemático en Salta hasta hace muy poco tiempo como fue El Farito. Este joyero relojero, se fue a Buenos Aires y se encontró con una novedad, que era una bicicleta, un elemento que no se había visto aquí y se lo trajo a Salta, esto fue en el año 1892, utilizando los servicios de un medio de transporte revolucionario, que había llegado a Salta el año anterior, el 9 de julio de 1891 que fue el tren, el primer tren que llegó a la capital”, relató Cáseres.

Y siguió contando la historia. “Este hombre salió a cusquiar en una noche salteña con su bicicleta y le puso dos faritos, Salta era una aldea llena de baldíos, sin energía eléctrica, ni habla de pavimento, la plaza 9 de Julio era un baldío total. Entonces encendió los farros y salió a andar con una bicicleta diferente a las de ahora que tiene las dos ruedas iguales, en este caso, tenía una rueda gigante adelante, una rueda chiquita atrás y el asiento, aproximadamente metro y medio o dos de altura”, contó el profesor Miguel Ángel Cáseres.