Cerca, pero no Rosario como dice la canción de Fito Páez, lo que estuvo cerca y de Cental fue la chance de eliminar al Rojo de Avellaneda en el partido correspondiente a 32avos de final de Copa Argentina que se jugó en la ciudad mediterránea.

Los dirigidos por Medrán sorprendieron con el arranque, y plantados con un 4-4-2 mostraron claramente sus intenciones  de atacar a su rival. La rápida presión dio resultados y a medida que pasaban los minutos, las apariciones de Diego Magno, junto con Ríos complicaban al fondo del Rojo. Tan efectivo fue el arranque azabache que en una escapada por izquierda de Gonzalo Ramírez, capitalizando una pérdida de Alex Vigo, éste  desbordó y lanzó un centro preciso hacia donde venía arremetiendo Gonzalo Ríos que aprovechó un resbalón de Juan Manuel Insaurralde, para desviar la trayectoria y vencer al arquero Álvarez, desatando una verdadera locura en las tribunas.

Domingo Blanco empató con un golazo y se lo facturó a la hinchada. (Foto Laura Lescano)

Iban 33 minutos y el Rojo no podía aparecer con el protagonismo que la situación requería. Mientras tanto, lejos de refugiarse en el área, Central  trataba de imponer dominio en la media cancha, A Independiente las cosas no le salían, por eso tuvo que recurrir a alguna aparición individual. Fue Nico Blanco quien le permitiría a los de Domínguez, encontrar  tranquilidad, marcando un gran gol con un remate que Hass no pudo retener.

Las cosas no cambiaron en el segundo tiempo, casi no hubo más emociones y la definición llegó a los penales, donde Milton Álvarez detuvo los penales ejecutados por Suica y Serrano, para darle la chance a sus compañeros de sellar la clasificación.

El Rojo se fue y ni siquiera festejó. La noche no había sido fácil. Del otro lado y pese al cansanció, hubo dolor por quedar afuera, pero satisfacción por lo realizado y orgullo de parte de los hinchas que no paraban de cantar.