Los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos, decidieron reprogramar la audiencia prevista para este viernes para el próximo jueves 3 de marzo, después de los feriados por carnaval. Ese día, se escucharán los alegatos de las partes y luego se pasará a un cuarto intermedio hasta que los magistrados den a conocer la sentencia.

De acuerdo a los delitos de abuso sexual simple por los que se encuentra imputado el exobispo de Orán, podrían corresponderle entre 3 a 10 años de prisión. Durante la jornada del miércoles, algunos feligreses se acercaron a los tribunales con pancartas y solicitaron la pena máxima para el sacerdote "protegido" por el mismo Papa Francisco.

Durante la mañana de este jueves, se escuchó a la psicóloga del Poder Judicial, Rosanna Otaiza , quién ratificó el informe de sus colegas, que declararon ayer a la tarde. Se refirió a que las dos víctimas presentaron signos o indicadores de abuso sexual.  En el caso de GG, lo que le sucedió durante el seminario le hizo recordar y revivir su experiencia del abuso infantil. Durante las entrevistas relató el episodio de los Toldos, y destacó también la ocasión que le besó el cuello.

En relación a MC, la profesional agregó mostraba una rigidez defensiva, con angustia de perder el control, se notaba tenso y con angustia. Agregó que todo lo sucedido afectó su proyecto vocacional, dijo que siente que los años que vivió en el seminario fueron años perdidos de su vida, al punto que actualmente buscó otra vocación fuera del seminario como el de chef.  La testigo dijo que los relatos fueron consistentes, secuenciales y coherentes.

Por su parte, el exseminarista y actual laico de la Iglesia, Eduardo Pistan, dijo que tuvo una relación normal con el obispo. Él ingresó en el 2013, se fue y volvió al seminario en el 2017 al 2021.  Contó que lo acompañó en dos viajes, a La Unión y a Rivadavia, y que vio cuando, en un control de gendarmería quisieron controlar a Zanchetta, y se enojó. No presenció los otros hechos, pero escuchó que entre los seminaristas se hacían bromas sobre los pedidos de masajes del obispo.  Recordó que GG le contó lo que le había pasado (el episodio del beso en el cuello y que le había tocado las piernas) y que le tenía miedo. Le dije que hablara con el padre Martín Alarcón. Contó que estaba nervioso. También hizo referencia a la diferencia de grupos, que estaban los más allegados al obispo o los favoritos, y agregó que no era uno de ellos.

Manuel Alberto Guerrero, administrativo del obispado, contó que hacía las compras para las fiestas en el obispado de los viernes, tanto el asado y como el champán, que tenía que ser de dos marcas en particular. En relación a los regalos, dijo que se los hacía a sus preferidos, como a Caniche, que le regaló una computadora, y contó que en ese caso acompañó a su compañero para entregar ese regalo. Agregó que otras veces acompañó al obispo a hacer las compras de los regalos.  Recordó que en dos ocasiones visitó a Caniche en Colonia Santa Rosa para llevarle las cartas del obispo, y este se negó a recibirlo y le dijo que le dijera que no lo había encontrado. También se refirió a que había diferencias en el trato con los sacerdotes, afinidad con el padre Gutiérrez, Subelza y Barreño. Luego en el 2015 cuando surge el problema de las fotos allí se noto la diferencia en el trato con el padre Alarcón, Manzano, y Acevedo. Dijo que Zanchetta siempre repetía que él era el obispo. Una vez lo encontró en una habitación de los seminaristas, sentado en la cama. Y contó que Nicolás Altamirano le contó que iba a su cuarto y que los alumbraba en la noche.

Finalmente, Luciano Emanuel Villalba, seminarista, habló de la presencia de Zanchetta, que generaba tensión en el seminario, describió su presencia como incómoda. Se refirió a los masajes, abrazos, besos en los cuellos y al entorno de los elegidos por el obispo. También hizo referencia a los asados y la ingesta de bebidas alcohólicas. Destacó que otros compañeros eran discriminados por gordos o por su rostro. Y agregó que si alguien estaba en contra de Zanchetta se iba del seminario.  Aseguró que actualmente tiene la sensación que Zanchetta tenía una tendencia homosexual, que le daba esa impresión al ver los abrazos, masajes y besos en el cuello.  Reconoció haber tenido una relación con una mujer siendo seminarista, y dijo que el obispo tenía conocimiento de esa situación. En relación a MC, dijo que fue testigo de las veces que le pedía masajes y cómo él trataba de esquivarlo a Zanchetta. En cuanto a GG, dijo que él le contó lo que le pasó.

FUENTE: PODER JUDICIAL DE ORÁN