"Lamento comenzar esta publicación con una frase un poco soez. Normalmente sería más cuidadoso y correcto. Pero, me cuesta encontrar otra frase que describa con tanta precisión lo que estoy sintiendo.
Hablo de mi hermano. JUAN JOSÉ, el cura.
En estos días, la ciudad de Oran está revolucionada por la presencia de quien fuera Monseñor de la diócesis, Gustavo Zancheta declarando en tribunales.

No se si hay. No tengo conocimiento, que en la historia de la Iglesia, alguna vez algún miembro activo y parte de la misma haya sacado a la luz las miserias de uno de sus integrantes y de mayor rango.

Cada denuncia o reclamo en contra de alguien de la Iglesia siempre proviene del afectado o de la familia de la víctima, pero en éste caso fueron los mismos sacerdotes quienes notaron algo sospechoso entre los mismos seminaristas y quien fuera la máxima autoridad de la diócesis. Se reunieron con otros sacerdotes y expusieron los hechos e hicieron lo que debían, para seguir cuidando de las ovejas que Dios les ha encomendado.
Trato de imaginar cuan confundido y desorientado debió haberse quedado al enterarse de lo sucedido, cuantos interrogantes tuvo que resolver y responder para denunciar a un respetado miembro del clero, por entonces.

Seguramente el tema da tela para cortar y seguir, las opiniones en contra y a favor de los involucrados son incontables, pero Dios y la Justicia dirán su veredicto.

Yo quiero hablar de Juanjo a quien conozco desde que nací.
Decente al extremo, honesto hasta el infinito, intransigente con lo correcto y de una integridad absoluta... así es MI HERMANO, EL CURA... y tiene los huevos como dos sandías". 

                                                         

                                                                                                                               Manolo Manzano