Pro-Mujer comenzó como una sociedad entre dos mujeres visionarias: Lynne Patterson, una maestra estadounidense, y Carmen Velasco, una maestra boliviana. Después de conocerse en El Alto, Bolivia, a finales de los años 1980 rápidamente encontraron un terreno común en su deseo de aliviar la pobreza de las mujeres del mundo en vías de desarrollo.

En 1990, fundaron Pro-Mujer, una organización comprometida a mejorar la vida de las mujeres y de sus familias a través de apoyo económico, capacitación empresarial y atención de salud básica. Desde sus humildes orígenes en El Alto, Pro-Mujer ha crecido para convertirse en una empresa social líder que apoya a mujeres en América Latina.

Empoderar a las mujeres en busca de nuevos horizontes profesionales y laborales es parte de la esencia de Pro-Mujer. Operando actualmente en Argentina, Bolivia, Guatemala, México, Nicaragua y Perú, esta empresa social trabaja de manera holística para impulsar la autonomía financiera de las mujeres de la región. Ofrece herramientas de inclusión financiera -como microcréditos-, capacitaciones -de liderazgo, de recursos financieros y tecnología- y cuidados médicos preventivos - mamografías, citologías, tamizajes, ecografías- a mujeres de la región.

Pro-Mujer abrió sus puertas en Argentina en noviembre del 2005 en la ciudad de Salta, ubicada en el norte del país, cerca de la frontera con Bolivia. Opera siete Centros de Servicio en Argentina, los cuales atienden a mujeres de Salta, Jujuy y Tucumán. Actualmente, cuenta con 10 sucursales que ayudan a una 17 mil mujeres a transformar sus vidas en el país.