Desde que el virus apareció en la Argentina en el 2020, la grieta que divide al país,  incluso desde la época de unitarios y federales, se hizo presente en forma de grupos  anti- cuarentena y a favor de la misma; de esta manera la oposición y sectores conservadores iniciaron una carrera mediática para tejer artilugios y confundir a la población, en un ya difícil escenario de propagación viral, muertes diarias y aumento de casos. 

Ocurrió que el 19 de marzo de  2020, por primera y única vez en la historia del país parecía que, al menos el tema  pandemia,  sería tratado con el máximo de los respetos por tratarse de una situación en extremo delicada, la Argentina, ya tenía el ejemplo de los países en los que había ingresado anteriormente el Sars- Cov 2;  por ello conocía sus estragos, la falta de curas, tratamientos e incluso vacunas. 

Aquella  tapa celeste que compartieron todos los diarios del país, tenía un mensaje claro, y al unísono expresaban que "al virus lo frenamos entre todos, viralicemos la responsabilidad", sin embargo, bastó interpretar el posterior rol que jugaron las mediáticas opositoras para entender que "habían inquirido en lo que entendieron como error". 

El primer caso confirmado de la pandemia de Covid-19 en Argentina se dio a conocer el 3 de marzo del año pasado, el 19 del mismo mes, además de imprimir una tapa idéntica todos los diarios, bajo el lema "Quédate en casa",  el presidente Alberto Fernández dispuso la primera etapa de cuarentena, inicialmente hasta el 31 del mismo mes.

Si bien la instauración de la cuarentena generó una escalada positiva en la imagen de Alberto Fernández, que llegó a alcanzar el pico en marzo, gracias a la labor periodística de los medios de oposición,  que voltearon de poco en  los meses subsiguientes de aislamiento preventivo y obligatorio su figura decayó considerablemente,  llegando en agosto a su menor nivel desde el inicio de las medidas sanitarias.

Los indicadores recogidos por algunas encuestadoras manifestaban malestar en algunos sectores de la población,  quienes ya no tenían expectativas económicas, ni esperanzas de un futuro con empleo  y un punto tope en el  incremento de la inflación.  

El 25 de mayo fue el primer golpe, un grupo reducido de personas se reunió frente a Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, expresaron su descontento por la extensión de la cuarentena, reclamaron mayor libertad, y en algunos casos adoptaron posiciones negacionistas en relación a la existencia de la pandemia, la más grande tuvo lugar un año después, durante el feriado por la Revolución de Mayo, masivas manifestaciones se llevaron a cabo en todo el país en simultaneo: desafiando las medidas estrictas de cuarentena por 9 días y con gran parte de los manifestantes sin tapabocas. 

Cuarentena si, cuarentena no, esa es la cuestión, luego instaurar el discurso negacionista  e incluso con tinte golpista en la sociedad,  los medios opositores apostaron por más: se metieron con la credibilidad de la vacuna. Grandes referentes se mostraban en contra de su utilización, infundiendo más temor en la gente que certezas. 

En su momento, la vacuna Sputnik V fue objetada por especialistas  que cuestionaron la falta de información sobre los procesos seguidos durante la investigación y hasta señalaron que los investigadores probaron la vacuna en sí mismos, lo que representaría una falla ética.

Tras la publicaron en The Lancet en la que se expusieron los resultados de fase I y II de la vacuna rusa que mostraron que el 100% de los 76 participantes desarrollaron anticuerpos contra el nuevo coronavirus y que no hubo efectos secundarios graves, muchos ciudadanos perdieron el temor e insistieron en inocularse, el propio gerente del hospital Oñativia, Marcelo Nallar atravesó una situación similar, pero terminó por aplicarse la vacuna.  

Sputnik V si, Sputnik V no, luego de ser desvalorizada ahora es la más solicitada en el país,  y la AstraZeneca es la que infunde temor, a raíz de un estudio que se difundió en estos días. El riesgo de tener coágulos sanguíneos es un efecto secundario raro presentado en algunas personas tras recibir las vacunas  Johnson & Johnson, que incrementa en posibilidades si se contrae la infección. 

Al respecto, el ministro Esteban explicó que, "la decisión de bajar la edad vacunatoria es por la peligrosidad del virus, los grupos etarios son cada vez más joven, con graves afecciones, con afecciones broncopulmonares, esto es algo que vemos a nivel país y a nivel del mundo  y en segundo lugar mientras haya vacunas vamos a vacunar", indicó.