Estaban al divino botón en la comisaría de Deán Funes, en la provincia de Córdoba, y no se les ocurrió mejor idea que tirarse unos pasos en TikTok. En los videos bailan, cantan y actúan, dentro de la seccional y con el uniforme reglamentario puesto. Encendieron las redes y sus legajos.

Las imágenes subidas a la red social más popular del momento, no tardaron en viralizarse y rápidamente “alguien” se puso la gorra. La denuncia fue anónima, las autoridades recibieron un pen drive que contenía varios videos con las imágenes de los efectivos.

Fea la actitud. Rápidamente los tres efectivos identificados en los videos fueron sancionados y puestos en “situación pasiva”, una especie de suspensión de sus funciones con una disminución considerable del salario.

Desde el Tribunal de conducta policial remarcaron haber recibido "de manera anónima un pendrive con varios videos", de publicaciones de la red social Tik Tok de los involucrados. La cosa se pudrió porque los videos fueron realizados en su lugar de trabajo y con sus uniformes, encima en horario laboral. 

La encargada de la dependencia, Ana Becerra, señaló que las investigaciones están en marcha, mientras los implicados (un oficial subinspector; otro suboficial y una oficial ayudante) dejan de cumplir sus funciones y sólo perciben el 30% de su salario hasta que se tomen decisiones de fondo.

"Hay que ver esa línea finita que está entre lo público y lo privado. Las cuestiones privadas son preservadas constitucionalmente, pero sí sus actos son con el uniforme puesto o en un espacio policial, se convierten en una falta", remarcó.

Una de las imitaciones que lucieron los efectivos TikTokeros fue, nada más y nada menos que del colega Gordillo, el Sargento tucumano más fuera de la ley.