Ecos de una derrota anunciada...

El experimento libertario, con respaldo del gobierno de EEUU y el FMI, sumió a la Argentina en una barca sin rumbo. Lo que resulta de casi dos años del anarcocapitalista en el gobierno es un desaguisado de la economía del país y una resignación más de la moral ciudadana. Los Milei pasaron por el gobierno con su incapacidad intelectual, de gestión y una práctica destructiva: sí, el gobierno de Milei ya fue. Tendrá que cambiar su idea de Topo o la realidad lo empujará a revisar sus ideas, que precisamente no son de la libertad. 

El propio presidente anunció el día después de la derrota con un discurso lavado de irascibilidad y desconectado de la realidad. No se hizo eco del mensaje que emergió de las urnas bonaerenses. Al contrario, levantó la bravuconada y destacó cada ítem que el electorado acababa de rechazar. 

Si La Libertad Avanza perdió fue porque todos los miércoles la policía de su ministra Bullrich se encarga, sistemáticamente, de reprimir a jubilados, la plata de los sueldos no alcanza para comprar los bienes y servicios del déficit cero. Si Milei perdió fue porque las provincias dejaron de recibir aportes fijados por ley, los docentes vieron mermados sus ingresos porque no se les paga el Incentivo Docente, la obra pública paralizada está afectando al mantenimiento de la infraestructura vial, los discapacitados están desatendidos. “No se retrocede un milímetro del rumbo elegido por este gobierno”, dijo Milei en la tribuna derrotada, deprimida y asustada por lo que puede venir en la posterioridad de esta cachetada popular.

Fin para el mileísmo canchero, avasallante con opositores y aliados. Ahora: ¿pueden ser los libertarios algo distintos? Es probable que no. Llegaron revestidos como fenómeno universal y pretensiones hegemónicas. No cumplieron los pactos hasta con sus propios aliados y se manejaron con la fusta del poder de la caja; completamente expuestas en el Coimagate. Lo padecieron los gobernadores que aguantaron hasta que los votantes y las cosas que pasaron le hicieron reformular sus vínculos con el  poder central. Solo el blindaje mediático del que gozó Milei y su gobierno, pueden explicar que la práctica política oscura de los libertarios en el gabinete haya pasado sin problemas el filtro del periodismo patrullero.

Esto es el comienzo de un fin de una forma de gobierno. En octubre, la foto puede ser más devastadora. El país se asoma a una crisis institucional, si el gobierno reacciona negativamente ante el resultado de las urnas. Las primeras actitudes esbozadas por el presidente auguran oídos sordos a la demanda surgidas de los votos. Si hay cambios serán respuestas a la presión del círculo rojo. 

Pero el resultado electoral plantea algunas alarmas a los poderosos detrás del libertario. El apoyo popular es necesario para producir reformas estructurales como las que plantea el formulario firmado y no cumplido con  el prestamista mayor, que es el FMI. 

Ahora ya no es momento de hablar de reformas laborales, impositivas y jubilatorias. El triunfo opositor fue contundente y si se sigue en la misma tónica, en las generales de octubre puede arrasar directamente a La Libertad Avanza y el Gobierno.

La forma de encarar el proceso electoral fue un tiro autoinfligido; ya que ha sido el mismísimo presidente quien nacionalizó la disputa. Fue un todo o nada, como le gusta hacer a Milei. Esta vez se estrelló contra un muro y serán heridas difíciles lode cicatrizar. Un error político que le costará muy caro. 

El mapa del resultado electoral le permitirá una mayoría legislativa al gobernador Axel Kicillof. Un placer al que aspira cualquier gobernante. Excepto, claro está, el presidente Milei que todo indica seguirá con su minoría parlamentaria, aunque falta más de un mes para las elecciones legislativas. Con el triunfo todo se aclara, con la derrota todo se oscurece. Kicillof ganó en toda la provincia. Se impuso en seis de las ocho seccionales.  Posee un bloque parlamentario a sus órdenes. También la mayoría de intendentes y concejales.  Salvaron el ropaje libertario, el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro y la derecha de Bahía Blanca.

El PJ venció en La Matanza a LLA por casi el doble de sufragios y el ex ministro Gabriel Katopodis le ganó por diez puntos al ex periodista y ex PRO, Diego Valenzuela. El aluvión de Fuerza Patria también atendió a Manuel Passaglia en la segunda sección electoral. Un feudo familiar que dejó de serlo, al parecer.

En el oficialismo nacional, la propia Karina Milei es la gran derrotada. Fue quien impulsó la pureza violeta y como tarotista se encargó de convencer a su hermano presidente de que Buenos Aires se iba a pintar de violeta. Sebastián Pareja y los Menem, son quienes tuvieron el insistieron con la idea, fácilmente comprada por la hermanísima presidencial.

El tiempo lo mide la economía. Así, se puede señalar que solo quedan 34 ruedas de mercado. A Milei se le termina el tiempo y desde la derrota es mucho más difícil advertir el último tic tac.