Además de docentes y estudiantes, la marcha universitaria sumó en Salta a gremios, jubilados, legisladores, y otros sectores sociales

Como no ocurría hace más o menos 40 años, los argentinos tienen que volver a manifestarse en las calles para defenderse de los ataques de un gobierno elegido mayoritariamente por su propio voto. Aunque por un situación sociopolítica especial, esta vez las protestas tardaron un tiempo quizás por la esperanza de que este gobierno, que otuvo un triunfo disrutivo y sorprendente, cumpliera con su principal promesa de atacar a la ·casta política", es decir, a aquellos privilegiados de las decisiones del poder de turno. E incluso, las medidas de ajuste tomadas en estos casi diez meses de gestión, se soportaron con cierto estoicismo, porque eran lanzadas bajo el manto de la sospecha de que encerraban corrupción y robo de la anterior gesitón, como por ejemplo, la entrega de remedios a enfermos vulnerables o las jubilaciones; y de la esperanza de que con eso mejoraría el país. "¡Milei cerró oficinas en donde había 1300 ñoquis! ¡El CONICET está lleno de vagos que se acomodaron! ¡La Universidad de La Plata tiene un 40% de estranjeros! Todas expresiones rimbobantes que convencen a cualquier ciudadano distraído. Ya lo hizo Macri.

Pero cuando se conoció el veto a la estabilidad jubilatoria, que fijaba un incremento de tan solo el 8,1%, y luego un incremento según la inflación, el gobierno libertario también pretendió sacar una partida de cien mil millones de pesos para la reflotada SIDE. Dinero que no tiene control alguno, tampoco muestra beneficios, bajo la sospecha que es plata negra para travesuras desde el gobierno. Con lo que Milei mismo se encargó de desnudar su mentira de ¡no hay plata!

Igual, gracias a sus socios de Cambiemos, radicales y peronistas "dialoguistas", le impuso el veto a los jubilados, afectando el bienestar de una generación que merece vivir mejor de lo que le permite el estado argentino.

La ciudadanía argentina manifestó su postura este miércoles llenando calles y plazas de las principales ciudades del país, aunque la concentración que más visibilidad consiguió en los medios fue la que se realizó frente al Congreso de la Nación ,que fue multitudinaria. Ahora, habrá que ver qué postura toman los legisladores que pueden rechazar el veto e imponer que el presidente, mejor dicho, el estado argentino cumpla con el presupuesto fijado para las universidades, de otra forma, las convertiría en dependientes de los caprichos del gobierno de turno.

La provincia de Salta no tiene peso decisivo en las decisiones legislativas del Congreso, pero sí tiene representantes sufientes como para marcar postura: a favor o contra del bienestar social, de los derechos civiles. De los diputados nacionales, se vio a Emiliano Estrada en la marcha. Saludado por mucha gente en el largo trayecto, un reconocimiento ganado en base a una tarea legislativa y con presencia en las redes sociales, y también por sus detractores que lo hacen cada vez más "famoso".

Estrada posando con la gente. ¡Si lo vieran Michelo y sus tiktokeros, se mueren!

Nora Giménez, senadora nacional; la ministra de Educación, Cristina Fiore, que mantiene su compromiso con la educación pública, a diferencia de otros funcionarios provinciales que prefieren no aparecer en estos casos, pese a que muchos lograron sus títulos en universidades públicas.

Pedro Serrudo y su inseparable Aguero, el aporte de la UTM.

Entre los gremios, sobresalió el bullicioso grupo de los afiliados de ADP, que acompañados por grandes bocinas no pasaron desaparecibidos, con el secretario general, Mazzone a la cabeza. También se vio a Pedro Serrudo, de la Unión de Trabajdores Municipales; estuvieron dirigentes como la ex diputada nacional Lía Caliva, el titular del partido Felicidad, Mauro Sabbadini, el actual senador por Cachi, y ex vicegobernador, Raúl Wayar.

Docentes y directivos de la UNSa con legisladores; en el medio la ministra Fiore.

La llegada de la marcha a la Legislatura provincial, tuvo su recibimiento por los legisladores que en ese momento se encontraban trabajando con el vicepresidente Mashur Lapad a la cabeza. La salutación, si bien no es una muestra de apoyo contundente, por lo menos es mejor que la indiferencia o ninguneo que eligieron otros dirigentes políticos.

El cierre fue en el Cabildo histórico como en otras marchas en donde hablaron representantes de jubilados como María Elena Sánchez Elías, y de estudiantes y también de los docentes. Así, Salta cumplió marcando presencia en las calles y sumándose al rechazo al veto presidencial. Tarea cumplida.