Los jueces Norma Beatríz Vera, Roberto Lezcano y Maximiliano Troyano hicieron lugar a la solicitud fiscal durante sus alegatos y condenaron a "Juanchila" Cáceres a la pena de 13 años de prisión de ejecución efectiva y en el mismo fallo, se dispuso la extracción de material genético del imputado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos. Fue declarado reinicidente por segunda vez y deberá someterse a tratamiento psicológico.

La fiscal María Luján Sodero Calvet indicó que el hecho sucedió en una zona complicada por el consumo de estupefacientes y con personas de extrema vulnerabilidad. "Fue un juicio complicado porque los testigos fueron de identidad reservada y el imputado tenía antecedentes de vieja data, todo vinculado con el consumo de estupefacientes. Entiendo que se hace un balance positivo porque el trabajo investigativo fue intenso pero el resultado fue satisfactorio. La familia se fue tranquila con la sentencia", indicó.

De acuerdo a Sodero Calvet, el móvil del crimen fue que "Juanchila" quiso robarle las sustancias prohibidas que tenía la víctima, y por esto terminó ahorcándolo con un cable. "La víctima tenía una discapacidad que está confirmada con certificados, un retraso madurativo por lo que era vulnerable y se contempló al momento de solicitar la pena", agregó.

Por su parte, Norma Albornoz, madre de al víctima manifestó que esperaba por lo menos 15 años de condena aunque eso no le devolverá la vida de su hijo. "Siempre las cosas las puse ante Dios y sucedieron así, lo único que pido es que no salga más y cumpla toda la pena. Agradezco a la fiscal que fue muy amable y lucho porque estos asesinos tienen plata y nosotros somos humildes y no pudimos pagar un abogado particular", expresó.

Los padres de la víctima opinan sobre la sentencia al terminal el juicio.

Por último, Albornoz dijo que a Juanchila siempre lo tomaban como "verdugo" en la calle Quevedo y Quiroga de Villa Juanita donde vive con sus padres. "La verdad, que desconocía totalmente el motivo de la muerte pero sí me llegó el rumor de que lo hizo para robarle las pastillas pero él era un nene, mi bebé y me dejaron sin él. Todos los señalan a Juanchila porque esa calle Quevedo es temerosa, todos viven con miedo. En mi casa nunca dejé de pedirle justicia a Dios y me respondió aunque mi hijo no merecía que le hagan tanto daño. Mi hijo no vendía droga, consumía, y este sujeto lo mató para quitarle lo que tenía", concluyó.