En la sala III del Tribunal de juicio se lleva a cabo la segunda audiencia por el caso de abuso sexual gravemente ultrajante y coacción en perjuicio de un menor de siete años.

El hecho aparentemente sucedió dentro de la Iglesia San Jorge ubicada en calle Pellegrini de la capital salteña. El único imputado es Luis Girón, guitarrista del templo y colaborador del grupo Scout.

Uno de los primeros testigos de la jornada es Arturo Rivero, empleado encargado del mantenimiento de la Iglesia. El hombre dijo que durante su estadía en ese domingo de Ramos cuando sucedió el episodio, no vio nada raro y se enteró del abuso por los comentarios de los chicos.

"En el baño no pasó nada", aclaró el testigo al tiempo que dijo que sufría de epilepsia y que posiblemente no recuerde varias cosas sobre las preguntas de la Fiscalía.

Luego, cayó en terribles contradicciones al decir que no vio dentro del templo al imputado pero después sostuvo que nunca entro al lugar. Esto llamo la atención del fiscal Federico Obeid quien lo cuestión por lo dicho y prácticamente lo dejo en evidencia de no decir la verdad. Un silencio invadió la sala, Rivero se rasco la cabeza y no supo que responder.

Finalmente, el testigo fue invitado a indicar en un croquis el lugar donde dijo haber estado ubicado mientras Girón deambulaba por el edificio. Acto seguido, se descompenso y pidió ir al baño. Al retornar no había mucho para decir y concluyó su narración confusa.