“Soy testigo del asesinato de los hermanitos Leguina en el año ’98, que estaban muy desprotegidos, ya que Melany tenía 9 años y Octavio 7, y habían cambiado de escuela en varias oportunidades, además de que ellos iban a la Casita de Belén a comer porque andaban en la calle todo el día, pero no había ningún contacto entre esta institución y la familia, lo que fue un gran error”, comenzó recordando la especialista. 

Luego, prosiguió diciendo que “además, para ir a la escuela tenían que hacer todo un trayecto porque les quedaba lejos, y muchas veces tenían que ir de noche, y recuerdo que yo en ese momento era psicóloga en la policía, y recuerdo que los niños desaparecen a las 7 de la mañana y la denuncia recién fue hecha a las 20, lo que demuestra el desinterés de la familia por el paradero de ambos”.

“Esto disparó el surgimiento de la Red PAPIS, donde en ese momento hicimos un protocolo para que se denuncie la desaparición de un niño apenas a la media hora de no llegar a su lugar de destino, y con todo este trabajo, se descubrió el ingreso del paco, donde se dieron una ola de suicidios en el B° 20 de junio”, añadió. 

En ese punto, recordó amargamente que “la idea fue hacer visible una cuestión que se venía negando, pero parece que eso tocó determinados intereses y desde el gobierno de Romero decidieron disolver la Red PAPIS, algo que fue muy duro para mí porque solamente quería empoderar a la sociedad para que cuiden a los chicos, ya que los suicidios tenían que ver con el paco, pero me sacaron sin darme ninguna explicación, donde estábamos a cargo de Silisque, ex-jefe de policía, quien estaba al frente del programa de riesgos sociales”.

“Descabezaron a la Red PAPIS, pero como soy un espíritu resiliente y soy una luchadora decidí seguir en esto, porque estoy segura de que hoy puede volver a ocurrir un caso como el de los hermanos Leguina, porque el sistema no se ha desarrollado de manera complementaria, ya que algo tan simple como que una escuela avise que un niño no ha llegado a clases, hace a que ese sistema funcione o no”, lamentó. 

En relación a la liberación de los autores del crimen de Melany y Octavio Leguina, la titular de la Red PAPIS opinó que “el psicólogo puede detectar a un perverso, que es el caso de Torrico y que no tiene rehabilitación porque no tiene remordimiento alguno, y es cuestión de tiempo que vuelva a incurrir en otro delito similar, por eso habría que analizarlo con un equipo interdisciplinario y que los jueces acepten el dictamen”.

“Torrico y Brandán eran complementarios, por eso a la sociedad salteña le digo que estén alertas con estas dos personas, porque lo único que funciona con un perverso libre es el control social como pasa en Estados Unidos donde la justicia informa y avisa que en tal lugar vive una persona que estuvo presa por violador”, afirmó.

Por último, Lucrecia Miller invitó a la ciudadanía a la jornada denominada “La revictimización de las infancias”, que se realizará mañana en el Salón del Colegio de Abogados desde las 8:30, con entrada libre y gratuita.