20 de mayo de 2024

Murió el presidente iraní Ebrahim Raisi al estrellarse el helicóptero en el que viajaba

El helicóptero que transportaba al presidente iraní, Ebrahim Raisi, y a su ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, se estrelló este domingo mientras cruzaba un terreno montañoso en medio de una densa niebla en su regreso de una visita a la frontera con Azerbaiján. La prensa estatal iraní confirmó este lunes la muerte de ambos integrantes del Ejecutivo a raíz del accidente. El gobierno iraní todavía no se pronunció al respecto.

El presidente iraní Ebrahim Raisi, que ha fellecido este domingo a los 63 años, era un político de línea dura que contaba con el apoyo del líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei. El amparo del máximo dirigente de Irán había desencadenado rumores de que Raisi podría ser el sucesor del ayatolá Jamenei, que este año cumplió 85 años, pero su muerte ha truncado esa posibilidad.
 
Raisi era miembro desde 2016 del Consejo de Expertos, el órgano encargado de supervisar y elegir al líder supremo, un cargo vitalicio. De 1960, Raisi nació en Mashhad, ciudad al noreste de Teherán, considerada el santuario chiií más sagrado del país. En el seno de una familia conservadora, participó activamente en la revolución de 1979 para derrocar al 'sha' respaldado por Occidente.
 
A finales de los años 80, empezó su carrera como fiscal general de Teherán y fue ascendiendo cargos hasta llegar a jefe adjunto de la Autoridad Judicial del país a principios de los años 2000. Poco después asumió la presidencia del poder judicial, su cargo más controvertido, que le ha otorgado una fama de perfil político nacionalista y de línea dura.
 
Durante su cometido tuvieron lugar las llamadas "comisiones de la muerte", órdenes de ejecuciones extrajudiciales que tuvieron lugar tras la guerra entre Irán e Irak. Entre 4.000 y 5.000 fueron sometidos a desapariciones forzadas y ejecutados en centros de detención en todo el país.
 
Muchos de los desaparecidos fueron sometidos a torturas, según recogen las investigaciones realizadas por Amnistía Internacional. "Miles de disidentes políticos fueron sistemáticamente sometidos a desaparición forzada en centros de detención iraníes en todo el país y ejecutados extrajudicialmente en cumplimiento de una orden emitida por el Líder Supremo de Irán y aplicada en todas las prisiones del país", recoge el informe de la organización humanitaria.
 
Su papel en las ejecuciones le valieron sanciones estadounidenses en 2019, antes de que lograra ganar sus primeras elecciones presidenciales. "Por su supervisión administrativa de las ejecuciones de personas que eran menores en el momento de su delito y la tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes de prisioneros en Irán, incluidas las amputaciones", señalaba el comunicado estadounidense.
 
Tras este suceso, Raisi se apartó del poder judicial e intentó adentrarse en el frente político del país. Se postuló sin éxito para la presidencia en 2017 y perdió ante Hassan Rouhani, el clérigo moderado que logró un acuerdo nuclear con Estados Unidos y otros socios occidentales. Con un discurso político contra la corrupción y por un estricto cumplimiento de la ley islámica que segrega los sexos en el espacio público, Raisi consiguió ganar la presidencia en 2021, en los comicios con una mayor caída de la participación desde hacía décadas.