Carlos Torino, de Córdoba 02 de marzo de 2024
Con el pomposo “pacto de mayo”, Milei aprieta a gobernadores y busca tener todo el poder
En eso se traduce la propuesta realizada a los gobernadores, que deberán antes llegar a un preacuerdo con los ministros Caputo, Francos y Posse. De lo contrario, Milei los pondría del lado del mal. El presidente sólo quiere satisfacer al FMI y a las multinacionales. Por eso no habló de jubilados, ni trabajadores, ni de la lacerante inflación de estos días.
No hubo anuncio transgresor ni mucho menos impacto social. El presidente Javier Milei reveló su sorpresa: un pacto más económico que político, con ideas sueltas y que suenan más a una expresión de deseos. Lo propuso como “pacto de mayo”. “Los espero en Córdoba, el 25 de mayo”, señaló. El potencial anfitrión de ese encuentro, Martín Llaryora, declaró minutos después de la invitación a firmar y le puso lápida a la fecha del posible acuerdo: “Antes hay que discutir muchas cosas, pero Mayo queda muy lejos” , sentenció.
Lo que fue vendido como sorpresa para la sociedad, terminó siendo un mensaje para el microclima político. Después de todo, en ningún pasaje del encendido discurso, Milei hizo referencia a las condiciones materiales de la vida cotidiana ni tiró –siquiera- ninguna esperanza de mejoramiento en los precios de consumo masivo: la verdadera preocupación de la gente. Su lenguaje abordó la estigmatización de la izquierda y el kirchnerismo. Culpó a la herencia recibida todos los males del hoy con Toto Caputo y Patricia Bullrich, al lado. Eso sí, luego de cuarenta minutos de rebajar a los legisladores a un “nido de ratas”, tal como considera a los habitantes del Congreso, Milei se puso como un gatito mimoso del poder. Propuso un conjunto de temas que enviará al parlamento, al que denominó “ley anticasta” con una banalización del derecho, una vez más, cuando equiparó a la emisión monetaria con el delito de lesa humanidad. Fue el momento más excitado de las focas aplaudidoras que llevaron los libertarios al lugar que detestan.
Chequeado le agarró un dato falso al presidente. Atenti con la estrategia de tirar imponer conceptos falsos.
Rebajó el tono del discurso, con frases textuales muy similares al discurso inaugural en el día de su asunción, y le sacó el velo a la pomposa sorpresa que había dejado trascender durante el día. En modo osito cariñoso del poder, el ex león de la libertad dijo: “No buscamos la confrontación, buscamos una agenda de futuro. Pero el que busque el conflicto, conflicto tendrá. Pero a diferencia de algunos de ustedes solo pensamos en reconstruir una nación y defender la causa de la libertad” y en tono aclaratorio dijo que “sin embargo, elegimos un camino de paz y no de confrontación, un camino de acuerdo y no de conflicto”.
Milei ante los ojos del país y la política real en tiempo real y con guiños conciliadores era difícil verlo y ocurrió, obviamente que a su modo: “No tengo demasiadas esperanzas que tomen este camino, quiero desafiarlos a que me demuestren que están equivocado, que la política puede ser más de lo que es” y lanzó su invitación. Convocó a gobernadores, ex presidentes y líderes de los principales partidos políticos para dejar sentado “un nuevo contrato social que establezca los diez principios del nuevo orden económico argentino”.
Kicillof saluda a Ignacio Torres, el único gobernador que frenó el autoritarismo presidencial. Sáenz mira.
Acaso una buena hoja de ruta para poner un parámetro republicano y democrático en la disputa política y las crisis financieras recurrentes, pero desde el vamos, el “acuerdo” se reduce a cuestiones económicas y pone como condición la firma del mamotreto que envió al Congreso apenas asumió y firmar un preacuerdo y un paquete de alivio fiscal. Deberá comprender mejor los textos el player de la Champions League, como se definió la semana pasada a la vuelta de una juntada de la crema y nata derechosa del mundo, cuando calificó al gobernador chubutense como un amateur, aunque justamente fue la actitud que tomó con el pretendido acuerdo. En la propia casa de la casta, Milei se cree que puede mojarle la oreja a los profesionales de la política, con cantos de sirenas como el Pacto que propone con capitulación anterior. Tendrá que darse cuenta que sus leoncitos libertarios deberán tener capacidad de negociación para vender, primero, y luego cerrar el apoyo al proyecto de ley, que hace semanas fue rechazado por sus propios aliados.
Ahora cabe preguntarle por algunas dudas, por si las moscas. Por ejemplo, si por oposición entiende también al kirchnerismo o, aún, sigue avalando la idea de su desaparición. O cómo será la negociación en el Congreso con diputados y senadores, a los cuales acusó de enriquecerse ilícitamente.
El presidente apuesta fuerte, pero en el toma y daca del parlamento, tendrá que ser un super gatito mimoso para conseguir lo único que le interesa y, de paso cañazo, salvar su estadía en Olivos y la Casa Rosada: un mínimo de acuerdo político para su imposible de fundar la república libertaria.