Aunque había prometido una salida decorosa, luego de varias críticas con la Orquesta Sinfónica de la provincia -a quien calificó de vagos, conflictos con los trabajadores de la música por cuestiones salariales, y cuestionamientos a su liviano modo de trabajar -ya que se había quejado en redes sociales de trabajar temprano-, Sabrina Sansone renunció a la Secretaría de Cultura de la provincia. Fuera de lo acordado con Gustavo Sáenz, y aprovechando de la inmediatez expeditiva de la que gozan las redes sociales, decidió darle la primicia a su padre, el diputado Enrique Sansone, que hizo pública la noticia a través de su medio Opinorte. El texto completo se volcó en una nota pública dirigida a Sáenz y al Ministro de Educación, Matías Cánepa.

“No puedo seguir tolerando el escarnio público ni la extorsión privada, es difícil gestionar atada de pies y manos, sostuvo la ex coach de ShowMatch, dejando a entrever los motivos de su decisión, en una nota que asegura que su relación con el gobierno de que era no parte "nunca fue buena, sino apenas profesional". Además, afirmó que se concentrarás en proyectos personales y que "seguirá colaborando en lo que pueda". 

"Se acabó mi tolerancia a las extorsiones y condicionamientos de sectores que solo piensan en el beneficio propio por encima del bien común, del mejor bienestar de todos los salteños. Se acabó ver como se malgasta el erario público en gente que no valora su trabajo y que le hurta el dinero a todos los salteños sin ningún tipo de remordimiento o culpa y mucho menos aun amor o voluntad a trabajar”, manifestó la ex funcionaria, probablemente en relación a los trabajadores de la Orquesta Sinfónica, con quien tuvo conflictos salariales y hasta llevaron los conflictos a la justicia. Así también tuvo reproches de sectores de la culturas, como artistas y músicos, 

“Lamentablemente creo que mi tiempo se acabo, se agotó el momento de ser perseguida, acosada y hostigada por patoteros disfrazados de sindicalistas o sindicalistas disfrazados de músicos. Se agotó el tiempo de persecuciones y ser juzgada y quemada en la hoguera por mi condición de mujer como si Salta estuviera estancada en el medioevo y la caza de brujas o inquisición no solo estuviera bien vista sino avalada desde el poder”. Sansone remarcó que ella es "una mujer libre" que no no concibe la vida "en estado de perseguida o condicionada", "somos Libres y mi dignidad y convicciones no se negocian, ese es mi límite”, agregó.