Carlos Pellegrino Argañaraz, el taxista de 28 años que habría sido víctima de un secuestro extorsivo en la frontera con Bolivia, apareció con vida. En el video de un medio local puede verse a Argañaraz sentado en una silla, lleno de hematomas por todo su cuerpo y rodeado por varias personas.

El hecho se conoció hace algunos días cuando la madre de la víctima -Irene Santa Tárraga-, había denunciado la desaparición de su hijo y se encontraba privado de su libertad en algún domicilio de la ciudad de Yacuiba o San José de Pocitos (Bolivia). Los presuntos secuestradores le habían exigido un pago de 28.000 dólares a cambio de su libertad.

La familia intentó pagar el presunto rescate, que se  iba a realizar en la ciudad de Tartagal, en la plaza central, pero ahí el "cobrador" se trenzó a golpes con un familiar del secuestrado Argañaraz, frustrándose el pago del dinero. 

Horas después, los delincuentes se contactaron con la familia de la víctima y le recriminaron la actitud con el enviado a cobrar y les advirtieron que el tiempo se acababa y la vida de Argañaraz dependía del inmediato pago de la suma exigida.

Horas después se convino entre las partes, sin la intervención en esos momentos de la Justicia y la Policía argentina, de una entrega pactada en casa de un familiar de los secuestradores (gente conocida en el ambiente delictivo de frontera), pero al llegar los familiares con el dinero, supuestamente, esta persona se negó a recibirlo, porque no quiso complicarse en la maniobra ilegal.

Desde ese momento se cortó el diálogo con los secuestradores y luego les llegó a los familiares de Argañaraz videos del secuestrado donde el mismo le pide por favor que hagan lo posible para pagar el rescate, y advierte a su familia que los que lo tienen privado de su libertad no están jugando y que lo están maltratando por la falta de pago.