Rosa es trabajadora doméstica, tres veces por semana tiene que viajar al municipio vecinos de San Lorenzo en donde trabaja. Sin embargo, desde que las actividades laborales fueron siendo flexibilizadas por el gobierno provincial, encontró un nuevo obstáculo para poder llegar a su trabajo.

En la parada de colectivos de la línea Interurbana “San Lorenzo”, que está ubicada en la esquina de Urquiza e Hipólito Irigoyen, las colas para poder tomar el colectivo se extienden muchos metros. Entre 30 y 40 personas deben esperar durante horas para poder subir a una unidad de SAETA que los lleve a trabaja. Trabajadores de comercio, empleadas domésticas, construcción, entre otros rubros, con horarios de ingreso que giran entre las 8 y las 9 de la mañana.

“Desde las 7 de la mañana estoy yo, y a esa hora empieza a llegar mucha gente. Los colectivos ya vienen llenos de pasajeros desde la Belgrano, cuando llegan acá no puede subir nadie a veces”, explica Rosa en diálogo con El Expreso de Salta.

“Lo que pasa es que antes viajábamos todos amontonados, era insoportable viajar así, ahora en vez de poner más unidades en este horario, SAETA nos deja a pata”, agrega Rosa. En efecto, las disposiciones del COE para garantizar condiciones de prevención en el marco de la pandemia habían forzado la restricción de pasajeros. A partir de la nueva resolución que entra en funcionamiento desde el martes 17 de noviembre, además de los pasajeros sentados podrán viajar hasta 10 personas paradas.

“Cuando nos quejamos por esta situación con los inspectores, nos dijeron que teníamos que enviar una nota a SAETA”, denunció Rosa indignada.

Lo más probable es que la resolución aliente a descomprimir la espera de los pasajeros.