En otros tiempos no muy lejanos, un efectivo con resfrío, dolores de garanta, o gripe, estaba obligado a prestar servicio. Esos síntomas no eran motivos para no quedarse a cumplir con el trabajo, en donde las condiciones de trabajo han sido siempre más rigurosas que otros sectores. Pero en la nueva normalidad, esta modalidad ha cambiado en la fuerza policial. Así quedó demostrado ayer miércoles en horas de la tarde-noche, con dos dotaciones de guardia. En una, al momento de la formación y ante la consulta de rigor, “¿novedades?”, tres efectivos en la formación del sistema del 911, denunciaron tener síntomas sospechados de coronavirus. Y como habían estado en contacto con el resto de la guardia, la decisión fue reemplazarlos a todos, y puestos a disposición del COE para que cumplan cuarentena hasta saber los resultados de los correspondientes hisopados. Los efectivos habrían sido trasladados a un hotel.

El otro caso ocurrió en la seccional de Barrio Solidaridad, luego de un procedimiento en el que la persona detenida presentó síntomas también compatibles con la pandemia. Ante la sospecha y el temor de un contagio, doce efectivos también pasaron a estar en cuarentena. Obviamente, se dispuso el reemplazo sobre la hora de dos dotaciones de reemplazo. Si bien la fuerza no lo informó, se cree que los efectivos fueron enviados a un hotel hasta hacerles el test en el día de hoy jueves.

Más vale prevenir que curar, siempre.