-Esto tiene que ver con ponerse a disposición de las políticas públicas que tienen que ver con la comercialización, con las ferias, los mercados y las zonas francas que cada municipio tiene. Tenemos programas nacionales de fortalecimiento de la producción local, pero con la lógica de fortalecer las cooperativas y las empresas recuperadas. Además, aportamos productos que no están en la feria, caso de garrafa social, pescado o carne para todos, y a su vez, invitamos a los productores a que se sumen a los programas nacionales.

-Pasó de ser una idea de juntar a los pobres para pasar a ser una alternativa de la economía de mercado, que no está pudiendo resolver los problemas de falta de empleo, comercialización justa y alimentos sanos. Es una gran oportunidad para demostrar en la práctica lo que es en la práctica la economía popular.

-Los tips tienen que ver con sacar a los intermediarios del medio. La economía popular, las cooperativas y el asociativismo no fuga la plata ni la transforma en dólares, además de que reparte el excedente y queda en la comunidad. Pero fundamentalmente, hay una armonía con el medio ambiente porque tiene lo bueno y necesario para cambiar la forma de relacionarnos y no pasar por estas hambrunas que nos dejaron las políticas concentradas.

-Con este concepto, los movimientos sociales hemos resistido durante cuatro años y fuimos una contención para la gente que la estaba pasando mal. Hoy generar un puesto de trabajo en Argentina en la economía del mercado sale 30 mil dólares, mientras que la economía se relaciona con la agricultura y modifica paquetes tecnológicos. Ahora surgió la posibilidad de pintar escuelas, es decir que la generación de puestos de trabajo es mucho más factible, rápida y no se necesita la transferencia de esos dólares.

-A la tarjeta alimentar y a la feria la hemos largado en Concordia, Entre Ríos, y se está federalizando en estos 30 días que estamos en el cargo. A diferencia de otras veces, hoy la idea de la economía popular es ir desde la periferia al centro, o sea apuntar a los últimos de la fila y los que las están pasando mal. Ojalá podamos convencer a la política neoliberal de la necesidad de transformar y democratizar la economía y el acceso a los alimentos. 

-Bueno, es muy fácil, cuando tenés plata en el bolsillo, ver una realidad; que la realidad que se ve cuando no tenés plata. Claramente esa mirada es de una vieja argentina que ya está quedando en el pasado, porque la gente ya votó y se sacó de encima todo lo que representaba simbólicamente ver al otro como culpable de su propia pobreza. Eso ya es lo viejo, y ahora hay que meterle para adelante.