-¿Qué opina sobre la polémica de las cooperadoras asistenciales y el pase de factura a la Provincia sobre todo del municipio Capital?

-Ya el Coordinador de la Provincia, Pablo Outes, marcó con claridad que todo lo que sea asistencia social y lo que son programas descentralizados que vienen de la gestión anterior, se van a mantener. El rol de las cooperadoras va a continuar, y dependerá también de la buena voluntad e iniciativa de cada intendente. En su momento la gran mayoría estuvimos de acuerdo en que no exista más el impuesto que financiaba a las cooperadoras porque recae sobre todo en las pymes que es el sector más golpeado de nuestra economía, y a su vez el mayor generador de mano de obra. El gobernador Sáenz consideró que restablecer ese impuesto iba a contrapelo de la realidad que estamos viviendo todos los salteños.

-¿Hasta qué punto es riesgoso apoyarse tanto en la Nación?

-No, no es riesgoso. El Gobierno Nacional ha tomado nota y por esa razón a implementado este programa Alimentar, que es un plan que tiene un impacto en todas las economías deprimidas como la de la provincia de Salta. Esto va a traer una inyección de dinero al mercado formal de aproximadamente 4 mil millones de pesos anuales. Si comparamos ese número con lo que aportaba este impuesto de las cooperadoras asistenciales, es diez veces más, porque en 2109 rondó en los 450 millones de pesos distribuidos. Por eso yo prefiero este plan que va directamente al beneficiario y que no queda condicionado a la buena voluntad de ningún gestor, intermediario o político. Esto es un salto cualitativo en cuanto a distribución de recursos a los sectores más vulnerables, por eso desde la Provincia se va a auditar el destino que se les da a los mismos en todos los municipios. 

-La Intendenta Bettina Romero dijo que prácticamente le desfinanciaron la cooperadora…

-Bueno, en ese caso no es tan así porque tanto el gobernador como el contador Outes, le manifestaron a los intendentes que la Provincia no se va a desentender en resolver aquellas cuestiones que hagan a los sectores más vulnerables, ya sea como consecuencia de alguna contingencia climática o la que fuere. Recordemos que en concepto de descentralización de políticas sociales que anualmente se aprobaba en el presupuesto provincial, la Capital recibía aproximadamente 250 millones de pesos anuales. Entonces, nada va a variar y en eso los intendentes tienen que quedarse tranquilos. Es más, el decreto de contención del gasto que sacó Gustavo Sáenz busca que los magros ingresos que tiene esta provincia se utilicen como corresponde porque tenemos que optimizar los recursos en salud, educación y seguridad, generando las condiciones para que los privados puedan invertir y se creen fuentes de trabajo dignas.

-¿Esperaba que dure tan poco el idilio entre el gobernador y la intendenta capitalina? 

-Yo creo que no es momento para que existan grietas y ese es el mensaje de Gustavo Sáenz desde que asumió la intendencia. Él no trabaja en la grieta, sino en los consensos y en sumar a todos aquellos que quieran sacar adelante esta provincia. Aquel que no lo entienda deberá adoptar el camino que considere. Estamos convencidos que el camino para superar los problemas de la provincia son el consenso, el diálogo y la optimización de los recursos.  

-Pero todo indica que se viene un periodo legislativo claramente diferenciado entre saencismo y bettinismo…

-No sé si existe esa división, sino que creo que la mayoría de los legisladores, tanto diputados como senadores, están comprometidos con este mensaje del gobernador de sacar la provincia adelante. Esto requiere de buena predisposición y consenso, por eso no creo que esa división se dé, o al menos no tendrá el acompañamiento de la mayoría.