En un partido de trámite muy parejo, San Antonio pudo sacar la mínima ventaja sobre el final. Desde los primeros minutos, el onceno llegado desde el Departamento de Anta, demostró que no tenía ningún tipo de complejo de enfrentar a San Antonio en el estadio Martearena, tanto fue así que a los ataques bien sincronizados del equipo local, respondía con contragolpes, algunos de los cuales pudieron ser goles de Barrio Obrero. En un descuido de la defensa azulgrana, un pelotazo se estrelló en el travesaño. Igual, San Antonio demostraba cierta superioridad también pero no podía concretar. Así, el primer tiempo terminó con el marcador en cero.

El segundo tiempo se planteaba de la misma manera. Con una ida y vuelta, que hacía atractivo y emotivo el encuentro. Peligro de gol en las áreas, pero con mejor estructura de juego de parte del local. Así, a los 23 minutos, llegó un centro desde la izquierda que sobrepasó al arquero visitante y que Leonardo Villa recibió en el borde del área chica y de atropellada la metió dentro del arco y a festejar.

Barrio Obrero no se amilanó y siguió buscando en el arco de la Villa. Pero siempre le faltó “una moneda pal peso”. Hasta hubo una jugada polémica en donde un defensor local le trabó un pie a un delantero cuando iba a rematar, y pese a los reclamos de los jugadores visitantes, el árbitro dijo que no pasó nada. Polémica. El jugador fue trabado al momento de querer rematar, quizás sin intención, pero le evitó disparar al arco azulgrana.

San Antonio se quedó con la copa, el premio de los 300 mil pesos, el derecho a jugar una finalísima con el campeón de la Copa Jujuy, Talleres de Perico y por otros 300 mil pesos; y también se ganó una plaza en el Torneo Regional Federal el año próximo. Barrio Obrero dejó bien ubicado al fútbol de Joaquín V. González, y las posibilidades intactas de algún día levantar la merecida copa de campeón.