El presidente de Chile, como su colega de Argentina, Mauricio Macri, o de Ecuador, Lenín Moreno, creyeron que fácilmente los problemas financieros de los gobierno se deben pagar con los bolsillos de los trabajadores. Piñera y Moreno, ante la protesta de la gente, tuvieron que dar marcha atrás en sus medidas. El otro, el presidente argentino, está a punto de irse antes por el voto popular el próximo 27 del corriente, y con muchas posibilidades de traspasar el poder antes de tiempo.

Como ocurre siempre, cuando los ciudadanos no aceptan una medida de estado, el presidente Piñera cuestionó a los manifestantes, en su mayoría estudiantes y jóvenes militantes, por los disturbios. Dijo que se trataba de bandas organizadas que buscaban sólo dañar las instituciones y las estaciones del Metro. Pero ante la insistencia de las protestas, que incluían resistencia con piedras y palos ante el avance del Carabineros, el presidente llevó a las calles al Ejército, y ante la persistencia de la gente, decretó el "estado de emergencia", sin embargo los ciudadanos no se quedaron con eso, aparecieron en los semáforos, en las plazas y estaciones, familias con las típicas ollas; los cacerolazos pacíficos pero influyentes, porque se trata de familias completas, algunas en las calles y otras desde las ventanas de los edificios; otros, desde los automóviles apoyaban con bocinazos, y lo peor fue cuando a la llegada de carabineros para "proteger el orden" esas familias los echaban con insultos y repudios por la brutalidad con la que habían atacado a los jóvenes manifestantes.

Por otra parte, los manifestantes decididos a enfrentar la medida del gobierno no cedieron en todos estos días ante el avance de las fuerzas uniformadas, y cada enfrentamiento dejada daños graves en distintos sectores de las ciudades de Santiago, algunas comunas cercana, y otras ciudades como Concepción, Valparaíso y Viña del Mar. "Hay 80 estaciones de Metro dañadas y una cantidad indeterminada de vagones totalmente incinerados; saqueos a los negocios, hipermercados y entidades bancarias.

Así como hace 30 años no ocurría una represión tan grave, también fue inédita la reacción de los vecinos. De muchos lugares, los efectivos debieron subirse a los camiones Unimog y retirarse del lugar.

En una tensa reunión de gabinete, el senador RN Manuel José Ossandón fue durísimo con la política de gobierno ante la crisis desatada. Pero Piñera para mantener la idea de que los disturbios no fueron una protesta legítima sino por el accionar de vándalos decidió por un lado dar marcha atrás con el aumento de 30 pesos chilenos en el pasaje del Metro, y decretar el toque de queda para todo el país desde las 22 y hasta mañana "para proteger a las personas y sus bienes", lo que significa la "suspensión de las libertades personales en Santiago, Chacabuco, Puente Alto, Valparaíso", entre otras ciudades.

“He escuchado con humildad la voz de mis compatriotas y no tendré miedo a seguir escuchando esa voz. Vamos a suspender el alza de los pasajes del Metro”, dijo el mandatario tras reunirse con el Comité Político en La Moneda (Casa de Gobierno).

Y explicó que la suspensión en el incremento del pasaje requerirá de la aprobación de una ley, hasta que “logremos un acuerdo que nos permita proteger mejor a nuestros compatriotas frente a alzas bruscas o inesperadas en el precio del dólar o el petróleo”.

Agregó que mañana domingo se reunirá con el presidente del Senado, Jaime Quintana, de la Cámara de Diputados, Iván Flores, y de la Corte Suprema Haroldo Brito; y que la próxima semana se reuniría con una mesa transversal “para escuchar la voz y las propuestas de distintos sectores”.

"El estado de emergencia y la presencia militar no detuvieron los destrozos, las manifestaciones y los cacerolazos. Santiago duerme la noche de este sábado con toque de queda por primera vez en más de 30 años. El estado de emergencia y la presencia militar no detuvieron los destrozos, las manifestaciones y los cacerolazos. Santiago duerme la noche de este sábado con toque de queda por primera vez en más de 30 años", publicó el diario La Tercera en su edición del domingo.