El caso del joven Ezequiel Gallardo (23), muerto salvajemente cuando fue detenido por la policía, pone al gobierno de Juan Manuel Urtubey otra vez bajo la lupa. No es el primer caso en donde la fuerza seguridad aparece como un instrumento peligroso para la sociedad. Especialmente para los jóvenes.

El caso de Gallardo no es el único. Se suma a otros que están bajo investigación, u otro como el Gury Farfán que puso en tela de juicio incluso al CIF y al Ministerio Público, porque a su padre le negaron los datos tergiversados de la autopsia, con la intención de hacerlo pasar como víctima de una sobredosis de droga. Sin embargo, el padre del joven, Jorge Farfán se ha puesto a investigar y llegó a descubrir que su hijo había sido golpeado salvajemente, lo que le habría ocasionado la muerte.

El ministro Alberto Cayetano Oliver deberá explicar el lunes en la Cámara de Diputados qué paso con el joven que había regresado a Salta desde Embarcación. La policía comunicó que la víctima había sido detenida “por robo”, sin embargo sus familiares vieron que lo retuvieron en un patrullero y dicen haber escuchado los gritos y quejidos del joven Ezequiel por los golpes que soportaba.

La primera pueba documental fue un video de pocos segundos aportados por una testigo clave, una mujer a la que la policía allanó irregularmente su casa. Ella denunció que escuchó una golpiza durante veinte minutos. En el video se escuchan estremecedores gritos de dolor de Cristian.

“Luego fuimos a la seccional y nos dijeron que estaba muerto”, contó su compañera de vida, quien refutó también la idea de robo. “Ezequiel volvía de trabajar y se había ido a juntar con amigos, no tenía necesidad de robar, asi que esa versión no la creo”, explicó la mujer que quedó a cargo de dos pequeños hijos.

“Se lo llevaron a las 6 de la mañana golpeándolo y a las 12, cuando fuimos a averiguar, nos dijeron que había tenido un ataque, y nosotros no tenemos epilepsia ni nada de eso”, aclaró.

Ahora, se conocen imágenes del cuerpo sin vida, que tomaron los propios familiares y se observa las heridas y los golpes que le propinaron a Ezequiel Gallardo. “Tenía la cabeza destrozada, medio dedo se hundía en la sien”, contó la tía Sandra Salas a distintos medios.

Gallardo estaba trabajando como peón rural y como ayudante de albañil en Embarcación desde hace cuatro meses y había venido a Salta el fin de semana pasado a ver a sus hijos y a traerles dinero.

“Ya lo tenían reducido, por qué no lo llevaron a la comisaría y si hay una denuncia que tenga un juicio y no matarlo a golpes”, señaló Sandra, tía de Gallardo.