Los salteños, que no estaban acostumbrados a tipo de autoritarismo, esperaban con expectativas cómo se llevaría a cabo esa orden. Y no hubo mucho que esperar, en la mañana de aquel 24, a tempranas horas, una ciudad casi desierta apareció sitiada de gendarmes. La fuerza de frontera llevaría a cabo la medida, y arremetió contra los vendedores de forma implacable, llevándose por delante todo lo que parecía un vendedor ambulante, y al que se resistía, iba detenido. Los gritos, los insultos, no llegaban a ningún lado. La orden de Romero se mantenía inflexible y en las peatonales las corridas, los empujones estaban al orden del día. Mientras los dirigentes peronistas que dos meses antes se habían autoendilgados como representantes de los menospudientes, los más vulnerables, brillaban por su ausencia. Por lo bajo se justificaban: “estos son bolivianos”, “hay muchos delincuentes”, “son buscas, cómo no van a trabajar de otra cosa”, como si con estigmatizando se eso solucionara el problema. Pero hubo uno que también había sido elegido en octubre, que decidió desafiar al poder de Romero y ofrecer una solución política al problema. Juan Carlos Villamayor, flamante intendente, frenó el atropello de los gendarmes y les ofreció a los ambulantes un lugar para que pudiesen vender lo que habían invertido para esa Navidad, y los cobijó en el ala del Mercado San Miguel que da la peatonal Florida. Hoy, a ese exintendente se lo ve a veces por el centro de la ciudad, o en algún café, siempre haciendo comentarios jocosos y filosos sobre la política.
Jorge Altamirano recibe instrucciones por celular en medio del operativo. ¿No hubiera sido mejor antes?
Años después ante otro desborde de la venta ambulante, Miguel Isa no recurrió a la fuerza de choque, apostó al diálogo y les propuso a los vendedores un lugar en el parque San Martín con el compromiso de que se organicen en cooperativa y mejoren el lugar. Son esos quioscos chapas color verde que pese a que descreían de que allí venderían como en las peatonales, asimilaron la propuesta y hoy, más de diez años, siguen en ese lugar. Ante la consulta a Miguel Isa si no era un trastorno tenerlos bajo chapas verdes con la temperatura de verano en Salta, respondió: “Es por ahora, la idea es llevarlos al triángulo del terreno de la terminal (aún hoy vacío) que lo estoy negociando con Marcos Levín o hacer un corredor sobre el canal frente a la cárcel".
Patrulleros listos para cargar insurgentes. (Omar Barrios)
26 años de la orden de Romero y más de diez de la solución política de Isa, Bettina Romero se reúne con el ministro Pulleiro y acuerdan el operativo “limpieza” del sábado. Seguramente Sáenz, Marocco, Villada y demás estaban al tanto de lo que pasaría. El cambio de las reglas de juego justo en víspera del Día de la Madre (que más bien es un día para el comercio) que significa que ningún vendedor ambulante pueda ubicarse en el radio céntrico de la ciudad, y al que no le guste, ahí va la policía, y la policía hace lo que sabe: “atropellar”. Y si los vendedores se resisten, "en cana". Fue una decisión política, pero que no responde a los manuales de atender una problemática, sino expulsarla; la expulsión como solución, es discriminatoria.
¿Tuvo que haber un crimen para que la Municipalidad decida tomar el toro por las astas?
Los infantes con escudos para "barrer" con las vendedoras.
Como en 1995, los recién electos representantes del pueblo, el sábado brillaron por su ausencia. Son los elegidos de agosto, los del festejo del hotel Alejandro I. Veamos esta escena: Una señora grita, insulta porque la policía arrastra a una jovencita vestida toda de negro que rompió el cordón policial en un intento desesperado por evitar la detención de otro ambulante. Los policías la ramean. La señora grita, insulta, se acuerda de Bettina, de Sáenz, con furia y llanto.
-Señora, ¿no vino ningún político a ayudarlos?
-No vino nadie, son todos una porquería, todos iguales…
-¿Usted por quién votó?
-¡Por Vitin y Durand Cornejo!
-Ah, cierto ellos son apolíticos, claro.
De Vitin Lamberto, ya se sabe, está para contar chistes y animar fiestas. Pero tampoco apareció José Gauffin, el candidato a concejal más votado en agosto; tampoco José García, que dice ser estandarte de la “nueva forma de hacer política”. Al médico Bernardo Biella, candidato a diputado más votado, queda al margen porque no tener vinculación con el poder actual. Pero Durand Cornejo, no. ¿Qué proyecto presentó Guillermo Durand Cornejo para la venta ambulante en Salta capital? Ninguno. El anda en eso de rescatar la Argentina de mano de Macri. Ni siquiera promete rescatar los millones de dólares fugados, sino la Argentina. Tampoco apareció Carlos Zapata, el candidato de Romero y Olmedo, ni siquiera para hacer el chiste de las palas que ahuyentan vagos, Claro, cobijado y al servicios de los poderosos se consigue trabajo rápido, y hasta candidatura nacional. ¿Y Emiliano Estrada y Pamela Caletti?, los nuevos kirchneristas del momento.
Tampoco estuvo el flamante senador electo por capital, Emiliano Durand, el bi-oficialista de Bettina y Sáenz. Sí se vio a uno de sus periodistas (@quepasasalta) instigando la detención de una señora desalojada porque tiró una tablilla de cajón de fruta contra una reja detrás de la cual estaba hablando una comerciante. Según el cronista no fue una tablilla sino un palazo, lo repetía corriendo y a los gritos, señalando ¡esa señora tiró un palazo!, a los policías mientras la mujer se batía en retirada aunque fue alcanzada en un esquina. La mujer pasó a ser de una despojada de sus productos a criminal. Su bronca fue porque la despojaron y le sacaron de la venta permitida, ilegal, pero permitida. No es novedad que ese sitio instigue al odio público, es su estilo no-periodístico, sino del show mediático. Lamentable.
Manteros reubicados en el parque, "hasta el lunes, porque hay que arreglar el desorden". (Omar Barrios.)
Al espacio público le falta un ordenamiento legal serio, que identifique los lugares de venta porque es un lugar de potencial éxito comercial. En Nueva York, por ejemplo, hay venta ambulante en las principales calles, pero está organizada, con horarios y espacios previamente estipulado, que pagan impuestos, y se rige por estricto control del estado y por el autocontrol de cooperativas. Antes, respondía a organizaciones de tono mafioso, pero Rudolph Giuliani, logró por ley poner fin a ese manejo casi criminal y estableció nuevas reglas, en donde cada beneficiario de un lugar está obligado también a tener un comportamiento ajeno al delito, a la violencia. Una sentencia judicial, lo despoja de todo derecho a la explotación del espacio público otorgado. Para eso no hay que opinar como vecino, porque el vecino habla desde su comodidad, y estigmatiza, hay que buscar la solución atendiendo al problema de los ambulantes, y cómo se los organiza. Si hay mafia, como se dice, u organizaciones, es porque hay ausencia del Estado.
Bettina Romero tiene la oportunidad histórica de poner orden en la ciudad, pero, por favor, que no recurra a los que le aconsejaron las ciclovías.
Oscar Burgos