La sorpresiva renuncia de Pablo Kosiner, presentada el lunes pasado en el PJ, ha generado una discusión que hace rato se escuchaba entre los justicialistas salteños, que buscan un presidente conveniente para los tiempos que corren tanto en la provincia como en el país. Tras haber superado el malestar que provocó el alejamiento de Kosiner, surgió desde la CAP la posibilidad de que el oranense Froilán Pedroza sea el reemplazante, en la consideración que el este hombre oriundo de Urundel cuenta con la experiencia para equilibrar las diferencias internas que recorren las venas partidarias. Si la decisión corresponde solamente a los 18 consejeros partidarios, empezaron a escucharse opiniones de otros dirigentes partidarios, que Pablo Outes le solicitó a Antonio Hucena que no haya influencia en la decisión y que se dé lugar a las consultas para consensuar sobre una figura política que se crea más conveniente para los desafíos que deberá afrontar el PJ en este año de elecciones. Outes percibió que la aparición de figuras como el galponense Horacio “Cheyenne” Thomas, Liliana Guitián, Carlos Parodi, y Miguel Isa, ayudó a frenar algunas renuncias, tanto que Pequeño Ragone, por ejemplo, bajó su condición a que en el año 2023 sea una mujer la elegida para conducir el partido.

Carlos Parodi habría sido propuesto por el “urtubeycismo residual” que en el gobierno se representa en el ex ministro Juan Pablo Rodríguez, ahora convertido en asesor y empresario mediático de jugosos negocios con el gobierno. Parodi, dedicado a su fundación y al estudio socio productivo de la provincia, no ha dado respuesta a esa posibilidad. Guitián fue propuesta por una línea de ex intendentes, como una figura ideal para la transición que requiere el PJ. Thomas, además de provenir de una reconocida familia peronista, fue propuesto como un hombre del sur de la provincia y también por su buena relación con distintos círculos internos peronistas de la provincia, especialmente el sur y la capital. Y, finalmente aparece Miguel Isa, quien primero negó rotundamente la posibilidad de hacerse cargo del partido, pero hubo quienes le remarcaron la necesidad de demostrar la experiencia ganada en sus distintos cargos electivos que le tocó ocupar.

Kosiner y Miguel Isa en la última reunión de 2019. (Omar Barrios)

Indudablemente que el PJ salteño necesita definitivamente alinearse con la conducción nacional e interpretar los lineamientos y ponerlo en práctica en la provincia. Hasta ahora la nueva CAP no ha logrado ese objetivo, en primer lugar, porque el “matrimonio” político con Kosiner no ha dado resultados. Al presidente saliente no se lo ha visto cómodo con la conducción de la CAP, y la renuncia ha sido un paso sensato para evitar una interna salvaje en el PJ. Y además del alineamiento nacional, el nuevo presidente debe congeniar con la CAP el acompañamiento político al gobernador Sáenz, y ese equilibrio será el gran desafío para no terminar pegado al macrismo, como ocurrió con Sáenz después de que se viralizará la foto junto a Larreta y Martín Grande, que volvió a distanciar al gobernador de la Casa Rosada. La CAP sola, hoy por hoy, no es garantía de ese perfil y requiere de un presidente que equilibre el peso político interno y se mueva con la autonomía  que requiere la militancia. La primera prueba es la postura que tomará el partido ante la reforma constitucional que propicia el gobierno provincial.