Estaba internado en Clínica El Carmen, a pocos días de haberse infectado de coronavirus, las dificultades respiratoria lo llevaron a internarse para ser asistido con oxígeno, se le hizo transfusión de plasma, pero no alcanzó; y dos días ingresó a terapia intensiva, en donde por el avance del COVID, que le provocó serias dificultades en los pulmones, fue asistido con un respirador artificial. Allí soportó por más de 15 días, pero hace tres su cuerpo había presentado desmejoras, y soportó todos los tratamientos posibles hasta las 20 del jueves 1de octubre. Por la espontaneidad con la que se van encontrando recursos para frenar a este virus pandémico, nuestro amigo no llegó a los beneficios ni del Ibuprofeno sódico ni a la Ivermectina, que empezarona aplicarse cuando ya estaba con respirador. Lamentable.

Se va un colega, un amigo, un guerrero del periodismo, que peleó desde todos los ángulos, de enorme compromiso con la gente, con los más afectados de estos tiempos.

Nuestro agradecimiento a quienes han aportado de forma generosa y voluntaria en estos días, lo que ha estado a su alcance para ayudar en esta lucha desigual contra el COVID-19. No se ha podido, lamentablemente pese a todo.

Nuestro acompañamiento para su esposa Olga González, quien estuvo atenta a todo, y a sus hijos. Y a los compañeros que dieron lo suyo. Así es el destino, a veces injusto.

Nuestro reconocimiento a una gran persona por haber pasado por nuestras vidas; con la amorosidad de su persona, y la gran dedicación para convertirse desde la experiencia en un periodista dedicado y calificado, y lo principal, con un profundo compromiso social.

Llegó un día a nuestra redacción invitado por el fotógrafo Omar "Michi" Barrios, para ser parte del equipo. Presentó credenciales de la escudería de don Felipe Núñez, en ese tiempo autoridad en el periodismo deportivo. También como conductor de corsos y fiestas sociales. Pero frente a los micrófonos de FM Siglo XXI, rápidamente se destacó por su enorme simpatía y el rápido reconocimiento de la audiencia. Luego se sumó al equipo de El Expreso como cronista. Tras un tiempo, migró en busca de experiencia en otros equipos periodísticos, como el que conducía la recordada Mónica Petrocelli; después condujo y produjo programas televisivos y radicales; ingresó a la Municipalidad, en la gestión de Miguel Isa, en donde continuaba trabajando en un área ajena a su profesión, y el año pasado decidió volver a nuestro para colaborar con entrevistas a fondo de personajes destacados de la política y de quehacer provinciano.

En momentos de charlas de entretetiempo en el trabajo, el Oso recordaba momentos inmemoriales junto a su querido Juventud Antoniana, viajes y ascenso, pero era un acérrimo hincha de Boca Juniors, tanto que entregaba la coca y el choripán antes que la camiseta del xeneixe.

El Osito Cruz se fue con muchos sueños por cumplir: haciendo una cobertura en el Ejército, se acordó que siempre soñó con ser corresponsal de guerra; y haciendo lo mismo en un circo pasajero, se acordó de otro sueño de la infancia: artista de circo. Y también le gustaba la actuación, quizás desde su labor de locutor y conductor de eventos. Y estaba probando con el Tik Tok (para nietos y sobrinos) tiernas actuaciones que fueron puestas a consideración de la audiencia, como cada uno de sus chascarrillos periodísticos,