El Comité Operativo de Emergencia de Salta está mostrando una preocupante desorientación en la campaña preventiva contra la pandemia. Lejos de brindar seguridad a la población, ha generado preocupación con la decisión de imponer un cerrojo policial a diez barrios de un sector de la ciudad, al solo efecto de realizar una encuesta casa por casa y tomarles la temperatura corporal a los vecinos; enseñarles de qué trata la aplicación COVID SALTA, para que todos la puedan usar "cuando la necesiten", y para que no vayan a los hospitales sino que esperen en sus hogares a que el COE se dirija a visitarlos. Este sistema no funcionó ni siquiera en Londres. Tampoco en Chile. Porque hay demoras, falta de organización, lo que termina desesperando a los pacientes.

Según la ministra Medrano se trata de una "búsqueda activa y prevención" del virus, pero haciéndole preguntas a los vecinos, la resultará imposible establecer un cuadro epidemiológico en la zona. Lo que quizás vaya a encontrar sea alguna persona con fiebre, para lo cual por cierto no hace falta semejante operativo. Sumado a esto la dificultad de reconocer a una persona asintomática con preguntas. Para ello se necesita realizar por lo menos un test rápido (un busca huellas). Y para saber si hay presencia en ese momento de coronavirus, un test PCR. Los primeros cuestan en el ámbito privado $3 mil pesos; el segundo, $5 mil.

Entonces, si no se va a establecer la presencia del virus con las encuestas, tampoco se justifica semejante gasto de 150 efectivos, y casi 90 agentes sanitarios haciendo preguntas y los policías controlando vehículos por la zona por 14 días. El primer día el resultado han sido quejas de quienes se dirigían a trabajar por demoras de más de una hora en algunos puntos. Varias personas que tienen negocios de verduras, como almacenes, se han visto impedidas de ingresar a COFRUTHOS si no presentaban la certificación municipal y de AFIP o Rentas. O sea la medida perjudica al que menos tiene y no a COFRUTHOS que casi no ha cambiado su actividad, y en donde se producen todas las mañanas riesgosas aglomeraciones. Jamás se dispuso, por ejemplo, que la mitad de los puesteros vayan a la mañana y la otra mitad a la tarde para evitar contactos entre las personas. COFRTUHOS parece tener coronita, gracias a un guiño política de "no toca, no cambiar".

Muchas personas se vieron impedidas de abastecerse en la mañana del lunes.

Este aparatoso operativo que oficialmente comenzará el miércoles ya ha logrado profundizar las sospechas de que el gobierno no está informando correctamente sobre la situación epidemiológica de Salta; han crecido las sospechas y los rumores sobre una situación que los informes epidemiológicos no indican. Ha logrado alarmar a los habitantes de Villa Palacios, quienes seguramente son mirados de reojos por habitantes de otros sectores de la ciudad. ¿Villa Palacios está desbordada de casos asintomáticos? No se ve, pero los rumores advierten que sí.

"Sabemos que hay casos pero los vecinos no lo quieren decir", dijo una vecina de Villa Palacios sin ningún tipo de respaldo fáctico solo guiada por los rumores.

Y apareció la intendenta Bettina Romero para decir que "parece que hay circulación comunitaria en Salta".

"Un médico, ahí", pediría Raúl Ricardo Alfonsín.

Otro punto es el hospital Papa Francisco. El hospital es mencionado vuelta a vuelta como desbordado de pacientes infectados. En realidad, hay un poco más de 20 enfermos positivos en recuperación, y más de cincuenta sospechosos. Pero el caso informado al mediodía del lunes, le da fuerza a los rumos. Una empleada del sector lavandería, dio positivo pero no se sabía dónde ni cómo se había contagiado. ¿Le harán falta elementos de protección?

En conclusión, este operativo no parece aportar en nada en la lucha preventiva del coronavirus, todo lo contrario genera confusión y desconfianza. Es hora de reveer en base a qué se están tomando las medidas en el COE. Porque así, los salteños parecemos pasajeros de un barco que va al tanteo. Después, es fácil culpar "a la gente" pero cuando no se informa bien, cuando no se conduce bien, los pasajeros no tienen la culpa. Comunicar no es lo que uno dice, sino lo que el otro entiende.

En medicina, no hay mejor receta para un paciente, que saber la verdad sobre su enfermedad. Es la mejor forma de hacer que coopere en la curación. (O.B.)