Franchesca es el tercer niño que matan en Salta bajo la órbita del Ministerio Público

Lucrecia Miller repasó el caso de Camila Avendaño y de Thiago Quipildor, menores que fallecieron por maltratos físicos y bajo la responsabilidad y monitoreo del Ministerio Público Fiscal.  “Ahora empiezan a salir denuncias pero no hacemos nada si no hay un sistema a la altura de las denuncias”, sentenció.

DE BUENA FUENTE 06 de diciembre de 2021 El Expreso de Salta
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Lucrecia Miller, licenciada en Psicología y presidenta de Fundación PAPIS, visitó De Buena Fuente por TV Canal 2 de Salta y FM Atlántida 93.5 y dialogó con Marcela Jesús sobre el caso Franchesca y otros casos similares que ocurrieron anteriormente en Salta.

“Camila Avendaño fue una bebe que ingresó en el 1993 9 1994 con quebraduras en las piernas y cuando se hizo el juicio, los médicos forenses dijeron que una criatura para tener las piernas así quebradas, se hizo palanca, porque son tan frágiles”, recordó Miller. En este sentido, remarcó que la Asesora restituyó su titularidad a los progenitores, permaneció internada por las quebraduras y reingresó al Hospital a los 8 meses, por politraumatismos que le propinados por los padres y le causaron la muerte.

La licenciada trajo a colación el caso de Thiago Quipildor, un niño que falleció bajo la responsabilidad de cuidadores asignados y monitoreados por el Ministerio Público Fiscal. En ese caso, “se la sometió a la asesora a un jury, se trató de cuatro niños que muestran la negligencia del Ministerio Público Fiscal, porque no han hecho seguimiento”. En este mismo sentido, analizó paralelamente el caso de Franchesca, donde “le devuelven a la madre una nena que estaba en total estado de desnutrición y manifestos golpes, porque nadie ha ido a verificar su situación”.

"Franchesca es el tercer niño que matan en Salta bajo la órbita del Ministerio Público", aseguró la entrevistada. Miller criticó el procedimiento del Estado en el caso, ya que la abuela de la menor no tuvo un abogado asignado porque el sistema no la avalaba como cuidadora y tampoco la reconocía como alguien con injerencia. La señora ya había advertido signos de violencia en el cuerpo de la menor, “quiso hacer una denuncia y le dijeron que no tenía derecho”.

Al respecto, sentenció: “No se ha avanzado tanto con la violencia contra los niños, permanecemos indiferentes al sufrimiento de una criatura”  y advirtió: “ahora empiezan a salir denuncias pero no hacemos nada si no hay un sistema a la altura de las denuncias”.

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