La pesadilla, la fe y la política

En el marco de la emergencia sanitaria Covid-19 y la cuarentena que impone el aislamiento preventivo obligatorio hasta el 12 de abril, la sesión inaugural en la Legislatura salteña fue transmitida por internet. La excepcionalidad impidió un despliegue de aparatos, “fuerzas vivas”, que acompañen al gobernador desde las puertas de la legislatura con demostraciones de apoyo, canticos y batucadas. Las viejas expresiones del peronismo que se van perdiendo en los actos, protocolares y de gobierno, esta vez estuvieron impedidas por la cuarentena.

A Sáenz lo acompañaban las autoridades de ambas Cámaras, personal de Ceremonial, periodistas y fotógrafos autorizados; todo en número reducido. Por primera vez la sesión inaugural fue a recinto vacío. Los legisladores siguieron la transmisión por video llamada. 

Aunque hubo un “zafado”, un senador que desobedeció la   cuarentena, pese a todas las advertencias de los profesionales científicos, el DNU nacional y las resoluciones provinciales. Guillermo Durand Cornejo estuvo en el recinto, pero usó barbijo. 

Salud, educación, trabajo, reforma constitucional, fueron los ejes en los que giró el discurso del gobernador.  

El periodo legislativo inicia en cuarentena, esto no le impidió a Sáenz esbozar cuáles serán las principales intenciones de un gobierno en estado de emergencia. 

La excepcionalidad del escenario político y económico fue lo primero que destacó el mandatario. Hoy no hay presupuesto en la provincia, aún no hay presupuesto a nivel nacional. Los recursos provinciales se sostienen en un 80% de lo que llega de nación, por lo que adelantó que el plan en materia económica para el periodo 2020 será de “asistencia de emergencias”. No muy lejos de lo que el propio Urtubey hizo los últimos años en su gestión. Recordemos que en nombre de la crisis económica a nivel nacional la obra pública prácticamente se paralizó, sin planificación se atendían urgencias. 

El discurso promedió los 50 minutos, en el mismo hubo pocos anuncios, pero sobraron las recomendaciones.

En materia fiscal, el gobernador detalló un panorama sombrío. Con un déficit anual de $1.144 millones en el periodo 2019, Sáenz recorrió cuáles fueron las medidas de achique fiscal que se desarrollaron desde el 10 de diciembre hasta la fecha. Además de los planes de reperfilamiento de la deuda provincial; es decir, patear las fechas de pago hacia adelante. La provincia achicó en un 20% la estructura de funcionamiento del poder ejecutivo, reduciendo cargos y áreas. Además de la medida para “optimizar” la planta de empleados públicos, lo cual implica una mayor sobrecarga de actividades a los mismos trabajadores y la suspensión de toda contratación, entre otras medidas.  

En materia de desarrollo productivo, se refirió a la necesidad de “impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas” de la provincia. Presentó un plan que replica la vieja política de “seguridad jurídica, obras de infraestructura, acceso crédito, ventajas impositivas, promoción de inversiones, conformación de cadena de valores incorporando valor agregado a los productos”, la vieja receta de Urtubey, la que vino aplicando los últimos 12 años en la provincia y no impidió que se impusieran cientos de despidos: San Isidro en Güemes, Tabacal en Orán, Alliance One en Rosario, solo por mencionar algunos casos. Estas medidas tampoco implicaron mayores puestos de trabajo o desarrollo productivo, por el contrario, Salta ocupa en estos días los podios en materia de informalidad, precariedad laboral y desocupación.

Más adelante Sáenz apuntó directamente contra la docencia, uno de los sectores estatales que más ha enfrentado a los gobiernos provinciales en las últimas décadas desde las autoconvocatorias. Este año no ha sido la excepción. Todas las reivindicaciones por las que la docencia autoconvocada inició el año sin clases, no están resueltas; por el contrario, se agravan al calor de la crisis del Covid-19, la cuarentena, la carga de contenidos académicos que deberán ser recuperados, la situación salarial y el uso de establecimientos educativos como eventuales centros de referencia para la atención de personas infectadas con el virus. 

“Los datos que arrojaron las pruebas PISA y APRENDER muestran que en nuestro país y en la provincia estamos muy por debajo de lograr aprendizajes satisfactorios”, indicó el gobernador, y posteriormente se refirió a los problemas de infraestructura y de personal, al deterioro de la carrera docente. Se comprometió a un plan de titularización anual, luego de que este año, se hicieran efectivas 5500 titularizaciones como resultado de la lucha de los docentes durante 2019.

El quorum fue desde la casa

“Nuestra realidad marca los límites que tenemos, debemos ser muy eficientes y desde el criterio de equidad, fijar prioridades en obras y otras necesidades” manifestó el mandatario. De manera que al único sector que enfrentó al gobierno este año con el reclamo de la cláusula gatillo y el aumento salarial, el gobernador le pidió un sacrificio en nombre de la equidad.  

Las escuelas siguen haciendo las suertes de contención en un cuadro de quiebra económica entre las familias de Salta. Actualmente, según los datos de arrojó el gobernador, existen 828 comedores escolares que alimentan aproximadamente a 180 mil niños y niñas en toda la provincia. “La nación dispuso un incremento del 60% en las partidas presupuestarias para los comedores que financian desde nación y nosotros hemos aumentado en la misma cifra. Además, está proyectado sumar nuevos comedores a unas 40 unidades educativas más”, indicó Sáenz. Frente a la destrucción de las condiciones de vida de miles de familias de salteños, frente a los despidos la pulverización del valor del salario, se prevé que la escuela siga supliendo la falta de aliento en el hogar. 

Salta se mira en el espejo de Rivadavia, San Martin y Orán, departamentos saqueados durante años. En el norte se ve el límite de las medidas que hasta se han tomado. $500 millones de pesos entre provincia y nación para la asistencia de familias en zonas críticas. $324 millones para 160.000 módulos alimentarios; 40.000 por mes, que llegarían a las zonas vulnerables. De relieve queda expuesto que el problema no gira en torno a los recursos destinados, solamente. ¿Cuál fue su orientación? ¿A cargo de quién está esa distribución? En los primeros cuatro meses del año, ya murieron 16 niños y niñas por desnutrición. 

Sobre el final del discurso, el gobernador decidió romper la estructura del guion con una intervención que lo mostró de cuerpo entero frente a la crisis que golpea a la provincia. Gustavo Sáenz, llegó al gobierno apoyado en una coalición electoral contradictoria y a prueba por la dinámica de la quiebra económica. La coalición no duró el primer trimestre y el primer síntoma de choques y fracturas fue con la intendenta. La conmoción en el norte provincial lo confrontó con el ex gobernador y toda su estructura. Sáenz ve en la enorme pesadilla del covid, una oportunidad, ahora se juega en serio, ser él mismo el caudillo del proceso político. 

Para eso se apoya en la idea de ser “un recién llegado”, cuando en realidad también forma parte de la vieja política. Sáenz pidió el apoyo de la población para ser él quien lidere el proceso, pero las familias en los barrios resuelven solas la distribución de los alimentos para hacerle frente al hambre, y diversos sectores de trabajadores discuten sus propios protocolos de seguridad y fabrican solidariamente los insumos de protección porque el estado no los garantiza. 

“La economía no me importa, me importa la vida de cada salteño”, dijo al borde las lágrimas, “les pido que me acompañen, que me ayuden, me fortalezcan para que podamos salir de esta pesadilla. Que Dios nos ayude, que el Señor y la Virgen del Milagro del pueblo argentino nunca aparten su amor”, finalizó el gobernador que, sin presupuesto, pero con mucha fe dio inicio al periodo de sesiones ordinarias de la legislatura provincia.